El verano en la costa bonaerense suele ser escenario de eventos exclusivos, reuniones distendidas y algún que otro momento ‘bizarro’ que se cuela en la agenda mediática. Esta vez, el epicentro de la polémica fue Cariló, donde la heredera del ‘Grupo La Nación’, Esmeralda Mitre, protagonizó un espectáculo improvisado que no pasó desapercibido para los presentes ni para las redes sociales.
La actriz, cantante, empresaria y legítima heredera del diario fundado por Bartolomé Mitre en el siglo XIX, tomó el micrófono en un evento al aire libre en un bosque del Cariló Golf.
Sin banda de fondo ni un sonido que ayudara a realzar su performance, se lanzó a cantar con un entusiasmo innegable pero con una afinación más que cuestionable. Los videos de su show, que rápidamente se viralizaron en redes sociales tras ser publicados por cuenta de “X” de la revista ‘Para Ti’, la mostraban además bailando con movimientos erráticos, rodeada de un pequeño grupo de personas que oscilaban entre el desconcierto y la diversión.
Redes y salud mental
Lo que podría haber quedado como una excentricidad más de la mediática, adquirió otro tono cuando los comentarios en redes comenzaron a apuntar a su estado de salud mental. Entre las reacciones se leyeron frases como “Salud mental por favor”, “Está para internarla ya” y “Hay cosas que la plata no compra”.
Otros, más benevolentes, la defendieron: “Es una loca linda, se divierte y nos divierte”, argumentaron algunos usuarios.
El caso de Esmeralda Mitre es un coctel que mezcla el morbo de la exposición mediática con el debate sobre los límites del espectáculo y la salud mental. No es la primera vez que la heredera de la familia Mitre genera controversia con sus apariciones públicas. En el pasado, sus declaraciones sobre la interna familiar por la herencia del diario La Nación, sus apariciones teatrales y su efímera incursión en la política han sido objeto de análisis y, muchas veces, de burla.
Sin embargo, lo que ocurrió en Cariló dejó una sensación extraña. ¿Es simplemente una mujer excéntrica divirtiéndose sin inhibiciones? ¿O estamos ante alguien que podría estar atravesando una situación más delicada de lo que parece?
Entre la ironía y la preocupación, el episodio vuelve a poner sobre la mesa cómo el ojo público consume y opina sobre figuras mediáticas que desafían las normas de lo esperable. Mientras tanto, Esmeralda sigue siendo Esmeralda: impredecible, polémica y, por qué no, un personaje que la Argentina no deja de observar con una mezcla de fascinación y desconcierto.