La historia de Benicio, el hijo del ex arquero de Gimnasia y Esgrima La Plata (actualmente en Independiente), Rodrigo Rey, y su esposa Laura, es un reflejo de la lucha diaria por la inclusión, que enfrentan muchas familias con hijos diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
En un conmovedor llamado a la acción, denuncian la falta de empatía y recursos adecuados para su hijo Benicio en el Instituto José Manuel Estrada de City Bell, una institución que, según la familia Rey, no ha logrado proporcionar el apoyo necesario para su hijo. Ese feroz descargo contra el colegio al que asiste su hijo se volvió viral.
LA HISTORIA DEL HIJITO DE RODRIGO REY
Benicio, un nene con TEA, requiere de un entorno adaptado que le permita encontrar la calma y el confort necesarios para su desarrollo y bienestar. Sin embargo, la familia Rey expresó su descontento y dolor ante la falta de empatía y recursos adecuados por parte del colegio.
A pesar de los esfuerzos y la disposición económica de los padres para mejorar las instalaciones y crear un espacio inclusivo, se encontraron con respuestas insatisfactorias y una aparente falta de interés por parte del equipo de orientación del colegio.
El caso de Benicio no es aislado.
Muchas familias se ven obligadas a enfrentar sistemas educativos que no están preparados o dispuestos a realizar los ajustes necesarios para niños con necesidades especiales. La ley argentina, al igual que las normativas internacionales, aboga por una educación inclusiva que respete y promueva la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes.
Sin embargo, la realidad que enfrenta la familia Rey muestra que aún queda mucho camino por recorrer.
LA ESCUELA DE CITY BELL DENUNCIADA
“No vamos a permitir que le sigan faltando el respeto a nadie más”, afirmaron.
“Me tocaron el punto más sensible pero también el más guerrero. Tuve un hijo que llegó al mundo sin esperanza de vida. Que sobrevivió a dos cirugías recién nacido. Quedando solo con 60 cm de intestino y un pronóstico desolador. Una de las posibilidades era alimentarse toda su vida por una máquina, entre otras cosas. Durante sus primeros 4 años, durmió más en hospitales que en su propia casa. Su déficit inmunológico hace de sus inviernos un gran desafío, y todo ese contexto termina en un diagnóstico de TEA”, agregó Laura.
La situación de Benicio llegó a un punto crítico. Después de un período de enfermedad, su regreso al colegio se vio marcado por la ausencia de un “espacio de la calma” adecuado, lo que resultó en la necesidad de retirarlo de la escuela antes de tiempo.
Este incidente fue la gota que colmó el vaso para la familia Rey, quienes ahora se ven en la búsqueda de soluciones legales para asegurar que su hijo y otros niños en situaciones similares reciban el trato y los recursos que merecen.
“Beni de mi corazón, absolutamente nadie que deba cuidarte, brindarte todo lo necesario para que puedas estar bien ni te falte el respeto. Y decido no callarme absolutamente nada más. Porque sé que somos muchos. Los leo y quiero abrazarlos a todos”, dice uno de los fragmentos más emotivos del posteo en Instagram.