Hoy es el “Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género”, efeméride que recuerda el 17 de mayo de 1990, cuando la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales.
En 2004, se decidió instalar esta fecha como un día internacional para luchar contra las diferentes expresiones de odio que las personas LGTBIQ+ viven cotidianamente. En 2008, Argentina estableció por ley este día de lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, un dato no menor teniendo en cuenta que recién en 2018, en una conferencia de prensa la Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicó que la transexualidad se dejaba de considerar una enfermedad mental.
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Los derechos humanos: el derecho al trabajo, a la libertad de expresión, a la identidad de género, al desarrollo personal, a la educación, a igual trato ante la ley, y a la salud, son de todas las personas, pero han sido negados durante años a la población LGTBIQ+ , incluso en varios lugares del mundo se siguen negando. Tanto en el mundo como en Argentina la discriminación y el odio hacia las personas LGTBIQ+ persisten como realidades. Es así que aproximadamente un tercio de los países sigue castigando la diversidad sexual, en muchos incluso con pena de muerte.
Orientación sexual e identidad de género
A pesar de que todas las personas tenemos identidad de género, que hace referencia a la autopercepción que cada une posee sobre su género, y orientación sexual, en referencia a quienes nos atraen, existe una mirada que establece la cis-heterosexualidad como norma, lo que genera procesos de exclusión y discriminación que se visibilizan en la falta de representación de las personas LGTBIQ+ en los ámbitos laborales, educativos y la violencia en la en los ámbitos públicos y privados hacia el colectivo.
En el cotidiano, cuando las personas se nombran a sí mismas desde un lugar diferente al establecido cis-heterosexual -lo que se espera que sean los varones y mujeres en relación a lo que es considerado normal- se pone al descubierto lo normativo, porque alrededor del acto de auto-enunciación muchas veces opera el rechazo o la incomodidad y la necesidad de clasificar a las personas en parámetros entendibles.
¿Te preguntaste alguna vez tus pronombres?
La presunción cis-heterosexual hace que muchas veces asumamos cosas sobre las personas por lo que vemos, escuchamos y nos parece según los establecidos culturales. Nos manejamos por estereotipos, muchas veces sin preguntar antes ¿conozco cómo prefiere ser nombrada esta persona?
La pregunta no es tanto cómo hago para no ofender a nadie sino más bien cómo hago para incluir a todes.
- Se puede preguntar los pronombres y aclarar los propios (si prefiere ser tratade de ella/el/elle y cómo preferimos ser tratades nosotres)
- Evitar asumir una orientación sexual (que la persona se va a sentir atraída por un hombre o una mujer, que tiene novio o novia)
- No confundir la identidad de género con orientación sexual
- Respetar lo que la persona diga de sí misma, las etiquetas sirven para comunicar no para encasillar.
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