La gobernadora María Eugenia Vidal se dirigió esta tarde a la Asamblea Legislativa a lo largo de un discurso que duró 43 minutos y para el que empleó 4.928 palabras.
Los puntos más calientes fueron cuando abordó la problemática de la educación, para la que asumió un tono firme y elevado, que se encontró con algunos gritos y abucheos por parte de la oposición y desde los palcos. El análisis del discurso revela que habló 18 veces de “chicos” y de “escuelas”, 11 veces se refirió a los “docentes”, 4 veces a educación y otras 4 a las clases. En tres ocasiones se refirió a los salarios y en otras tres mencionó a la inflación. Dos veces dijo “paro”.
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Diez veces se refirió al trabajo y otras cuatro a los “trabajadores”. Una vez a los jubilados y una sola vez a los gremios, para celebrar el “diálogo” alcanzados con algunos de ellos. Sólo dijo un puñado de nombres propios: el de Marcelo Balcedo, el del Pata Medina, dos sindicalistas presos, y el de Mateo, un joven estudiante dedicado a la tecnología.
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En Mar del Plata, el gobernador bonaerense cuestionó la paralización de obras hídricas y defendió el plan provincial ante la crisis climática.
También habló de obras, palabra que mencionó en once ocasiones: seis veces habló de rutas, dos veces sobre inundaciones, tres veces de agua potable y otras tres de cloacas. Las marcas más novedosas pasaron por su abordaje de la cuestión de tecnología, vinculado a la educación. Habló en nueve oportunidades de robótica y otras cinco de tecnología.
En el terreno de lo abstracto, Vidal habló cuatro veces de “soñar”, otras cuatro sobre “esperanza”. Dijo nueve veces “podemos”, cinco veces dijo “esfuerzo”. De “ayudar” habló cinco veces y de “confianza” otras cuatro. Del lado de la confrontación, y apelando a una marca discursiva que hace a su impronta, convocó 6 veces a “dar peleas” y tres veces se refirió a “mafias”.
En cinco oportunidades habló del presidente y en cuatro al Gobierno nacional, en general para agradecer el apoyo a la gestión y a debates como el del fondo del Conurbano. Extremando la corrección política, nunca llamó por su nombre a Mauricio Macri ni a su fuerza política, Cambiemos.
Vidal mencionó, por último, a 10 municipios bonaerenses. Los distritos de San Martín, Lanús, Quilmes, Almirante Brown, Morón, San Isidro, Necochea, Bahía Blanca, Mar del Plata y Chascomús. El detalle es que del total, 6 son gobernados por Cambiemos, dos por intendentes del peronismo dialoguista y otros dos por el massismo. Ninguno es kirchnerista.
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