El PRO transita por estas horas un nuevo pico de su crisis existencial que lo tiene a la deriva desde aquella deporta electoral contra Javier Milei a fines del 2023.
La fecha límite de definición de las alianzas electorales desató una guerra sin cuartel entre aquellos dirigentes que denuncian sumisión y entrega del PRO a los libertarios y los que ven en la resistencia al entendimiento un acto de mezquindad y “falta de grandeza” por no entender el mensaje de la ciudadanía y el nuevo rumbo del país.
Esa crisis de identidad tuvo su primer pico de tensión con el divorcio entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich, una pelea de egos que se tradujo en una disputa simbólica por reinterpretar el nuevo rol amarillo.
Mientras la ministra de seguridad de la Nación empujó la incorporación del PRO a LLA como modelo superador a Juntos por el Cambio, el expresidente se empecinó- hasta donde pudo- en defender su legado como impulsor de las “ideas de la libertad” pero terminó delegando en sus interlocutores la búsqueda de los “mejores acuerdos posibles”.
Tras la humillante derrota electoral del PRO en CABA a manos de los libertarios, la ambición de Karina Milei y los libertarios se incrementó. El nuevo esquema de poder derivó en la provincia de Buenos Aires en un acuerdo leonino para el PRO: aceptó una proporción de 30-70 y con Cristian Ritondo se limitó a asegurar seis bancas para dirigentes del círculo acuerdista.
La sangría llevó de la mano de 5 de los 13 intendentes amarillos que buscaron nuevos rumbos para no someterse a la voracidad de las pretensiones de los dirigentes libertarios locales: esquemas de cogestión o listas 70-30 a favor de los violetas.
La alianza nacional del PRO, un nuevo brote de la crisis amarilla
La aceptación por parte de Mauricio Macri de un acuerdo en CABA y la extensión de la alianza en la provincia de Buenos Aires para las elecciones nacionales terminaron de detonar la pelea entre dirigentes.
La exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, una de las vetadas por Karina Milei- se desentendió del acuerdo pese a que, en otros momentos, fue una activa defensora de la aprobación de la ley Bases.
“No creo que el acuerdo electoral del PRO y La Libertad Avanza sea lo mejor” lanzó y , sin dar nombres, acusó a los acuerdistas se someterse a cambio de mantener algún puesto político: “No estoy dispuesta a ceder mis convicciones por una elección ni por un cargo. No creo en perder la identidad, los valores, ni la posibilidad de representar a miles de argentinos que se siguen viendo reflejados en el PRO” sostuvo.
Contra la postura de Vidal se manifestó el exministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich. “El país primero siempre” advirtió y sostuvo que la Argentina necesita “que a este gobierno le vaya bien” y para que eso suceda, “tenemos la responsabilidad de actuar con grandeza y acompañar” dijo.
“Ante cualquier escenario, lo que es bueno para el país es más importante que lo que le convenga al PRO” sentenció.
“Qué barbaridad! En los primeros seis puestos de la lista conjunta con La Libertad Avanza en Capital Federal va a ver solamente dos candidatos del PRO. Indignante!” ironizó el diputado nacional, Fernando Iglesias, con una imagen en donde únicamente María Eugenia Vidal estaba entre los cuatro primeros lugares en la boleta de CABA en 2021.