Como cada 7 de agosto, La Plata se viste de fe y compromiso social con la tradicional celebración de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo. Aunque la jornada comenzó bien temprano con puesteros acomodándose para la venta de espigas, misas desde la medianoche y promesantes aguardando con mantas y fogatas improvisadas para enfrentar el frío, el movimiento se intensifica durante la tarde en el Santuario y Parroquia de calle 44 entre 29 y 30, donde se realizan bendiciones, confesiones y una emotiva procesión.
El momento central será a las 19, cuando el Arzobispo de La Plata, monseñor Gustavo Carrara, encabece la misa principal tras la procesión programada para las 18, en el marco del Jubileo de los Trabajadores. Durante la ceremonia se rezará por el trabajo digno, la paz, la justicia y la posibilidad de llevar el sustento a cada hogar. También se invitará a donar alimentos que serán destinados a personas desempleadas. En La Plata, el lema elegido para este año es: “Con San Cayetano celebramos la Dignidad del Trabajo”.
Durante todo el día, el Santuario platense será considerado templo indulgenciado, lo que permitirá a los fieles obtener indulgencias según las condiciones establecidas por la Iglesia, en el marco del Año Jubilar de la Esperanza, dispuesto por el Decreto N°107/2025. La oración incluirá el pasaje bíblico: “Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo”, y se recordarán palabras del papa Francisco: “Rezamos por todos los trabajadores. Para que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados y puedan gozar de la dignidad del trabajo y la belleza del descanso”.
Además de la misa de las 19, durante el día se celebran misas desde la madrugada, se realizan bendiciones a las manos de los trabajadores y se reviven manifestaciones de fe popular como la venta de espigas y la peregrinación que partió desde San Benito de Olmos en la víspera, el miércoles por la noche.
¿Por qué San Cayetano es el patrono del pan y el trabajo?
La jornada rinde homenaje a San Cayetano de Thiene, sacerdote italiano del siglo XVI y conocido por su labor con los más pobres y su defensa del derecho al trabajo. Por eso es considerado el patrono del pan y del trabajo.
Fundador de la Orden de Clérigos Regulares, es recordado por su compromiso con la caridad y la justicia social. Murió el 7 de agosto de 1547, y esa fecha quedó instituida como su día en el santoral católico. Fue canonizado en 1671 y, con el tiempo, su figura se convirtió en símbolo de esperanza para quienes buscan trabajo o atraviesan situaciones económicas difíciles.
La devoción popular a San Cayetano creció especialmente en América Latina, donde comenzó a ser reconocido como el “patrono del pan y el trabajo”. Esta asociación no es casual: a lo largo de su vida, Cayetano se dedicó a socorrer a los más vulnerables, repartiendo alimentos y buscando empleo digno para quienes lo necesitaban.
Su imagen con una espiga de trigo en la mano y un niño en brazos representa esa misión de proveer pan (alimento) y trabajo (dignidad), valores que aún hoy movilizan a miles de personas cada 7 de agosto.