La jueza federal María Servini citó a declaración indagatoria al cabo primero de Gendarmería, Héctor Jesús Guerrero, acusado de haber disparado el cartucho de gas lacrimógeno que hirió de gravedad al fotógrafo Pablo Grillo durante la represión a la marcha de los jubilados del pasado 12 de marzo. La audiencia fue fijada para el próximo 2 de septiembre a las 10 de la mañana. Además, Servini ordenó la prohibición de salida del país del gendarme.
En la resolución, la magistrada sostuvo que “surge la hipótesis de que el disparo del proyectil que derivó en las lesiones sufridas por Grillo provino por parte del personal de la Gendarmería Nacional Argentina que se hallaba ubicado en la intersección de la avenida Yrigoyen y la calle Solís, más precisamente del cabo primero Jesús Héctor Guerrero”.
Servini también dispuso la realización de una pericia clave para determinar cómo se produjo el disparo. El objetivo es reconstruir en detalle la mecánica del hecho: la distancia entre Guerrero y Grillo, la trayectoria del proyectil, su velocidad, el ángulo de salida y si hubo algún rebote antes del impacto. Para ello, encomendó el trabajo a la División Balística de la Policía de la Ciudad.
El disparo que casi termina con la vida de Grillo ocurrió mientras el fotógrafo cubría la marcha. El cartucho impactó directamente en su cabeza. Fue trasladado de urgencia al Hospital Ramos Mejía y recién recibió el alta médica el 3 de junio. La represión fue ejecutada por Gendarmería bajo órdenes del Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich.
Un informe técnico elaborado por el colectivo Mapa de la Policía, incorporado recientemente al expediente judicial, fue clave para impulsar la citación a indagatoria. La reconstrucción audiovisual realizada por los peritos Rodolfo Pregliasco, Martín Onetto y el cineasta Alejo Fraile, determinó que el disparo fue “realizado de manera irregular, es decir, con un ángulo de tiro horizontal”, sin que haya habido rebote del proyectil.
Según ese análisis, la conducta del gendarme Guerrero no fue un hecho aislado: “No se trató de un incidente anómalo o extraordinario”, señalaron, ya que se observaron disparos similares realizados por otros efectivos durante la misma jornada. La identificación del gendarme se logró a través de imágenes donde se ve su insignia, así como por la vestimenta y accesorios del grupo SEI (Sección de Empleo Inmediato) al que pertenece.
En un intento por desviar la atención, la ministra Bullrich difundió versiones falsas: primero sostuvo que Grillo era un militante detenido, cuando en realidad se encontraba internado; luego, aseguró que el gendarme había actuado conforme a los protocolos. Sin embargo, las pruebas recopiladas contradicen esa versión.
La Gendarmería, por su parte, cerró en tiempo récord una investigación interna que calificó el hecho como “fortuito” y responsabilizó al propio fotógrafo por haberse ubicado “en la línea de tiro”. A pesar de ese intento de encubrimiento, la causa judicial avanza y la citación a indagatoria representa un paso determinante hacia el esclarecimiento del caso.