Hay gobiernos que se definen por grandes reformas estructurales. Otros, por auditorías implacables. El de Javier Milei, en teoría, se define por la desregulación. Pero hay una oficina que parece haber sido poseída por el espíritu exacto contrario: la ANMAT.
Mientras el Ejecutivo anuncia la libertad para importar escarbadientes sin permisos previos, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica prohíbe con entusiasmo casi litúrgico.
Este martes fue la pasta dental Colgate Total Clean Mint la que cayó en desgracia. Se retiró del mercado por falta de estudios concluyentes. La medida generó alarma, memes y una pregunta básica: ¿cuántos millones de argentinos se lavaron los dientes con eso durante años sin saber si era apto o no? El tubito, ícono de la higiene oral, quedó señalado como potencialmente riesgoso, hasta nuevo aviso.
Pero la ANMAT no descansa. Este miércoles amaneció con otro capítulo de su cruzada purificadora: tres aceites de oliva fueron sacados de circulación por irregularidades en su registro.
FÁBRICAS FANTASMA Y RÓTULOS FALSOS
Los productos —con nombres tan de góndola regional como Los Ayllos, Olivares del Rey y Valle de Tunuyán— estaban usando datos truchos, direcciones inexistentes y rótulos que no coincidían con la realidad.
En el caso de Los Ayllos, una consulta ciudadana despertó la atención del Instituto Nacional de Alimentos (INAL). La dirección declarada en Villa de las Rosas, Córdoba, resultó ser un espejismo: no había ninguna planta elaboradora y la razón social no figuraba en ningún registro. Se investigó, se comprobó y se prohibió. Rápido y sin anestesia.
La Provincia de Buenos Aires ya lo había señalado hace 20 dias
También el azúcar Dulzura, por su parte, parecía endulzar más la documentación que el mate. Con registros inconsistentes, también fue fulminada del mercado nacional.
La situación da lugar a una paradoja gloriosa: en plena era del “Estado chico”, con un Presidente que sueña con dinamitar la burocracia y un ministro de Desregulación (Federico Sturzenegger, ex poeta, ex banquero, actual libertador de trámites), la ANMAT parece haberse convertido en el último bastión soviético del control de calidad.
LA GENTE SE PREGUNTA: ¿QUÉ PROHIBIRÁ MAÑANA LA ANMAT?
Si la tendencia continúa, no sería descabellado imaginar las próximas disposiciones del Boletín Oficial: prohibición de sanguchitos de miga por exceso de misterio en el relleno, o del Fernet sin procedencia porque “podría haber sido elaborado con yuyos cordobeses de tendencia zurda”.
Mientras el gobierno busca liberar el mercado, la ANMAT libera góndolas. Lo hace con severidad quirúrgica, una disposición tras otra, con una frecuencia que recuerda a la misa diaria: la prohibición nuestra de cada día, dánosla hoy.
Por ahora, en el país de la libertad, ya no se puede confiar ni en el dentífrico, ni en el aceite, ni en el azúcar. Solo queda rezar para que mañana no le toque a la yerba mate. Porque si eso pasa, ahí sí que estalla el verdadero conflicto social.