Este viernes 26 de julio, Se va el Camello vuelve a tocar en su ciudad, y lo hace con un condimento especial: celebran dos décadas de música, amistad y resistencia independiente. La cita será en Ciudad de Gatos, una sala nueva en el circuito platense, donde ofrecerán su primera fecha del año en La Plata.
“Hace 20 años justo estábamos allá del otro lado, porque acá se unieron dos bares… y hoy estamos en el mismo lugar físico y en el mismo lugar como grupo humano”, cuenta Tomás Rusconi, uno de los integrantes, mientras recorre el espacio en una especie de “reconocimiento de campo”.
El grupo se formó a principios de los 2000 y, desde entonces, ha construido una identidad sólida y fiel a sus raíces, tanto en lo musical como en lo humano. “Seguimos apostando a la banda, que es lo que nos mantiene vigentes”, asegura Tomás. Y esa vigencia no es solo por seguir tocando, sino por cómo sostienen el proyecto: con amistad, familias que acompañan y una comunidad que los sigue.
Un show con historia, memoria y presente
Para esta fecha en Ciudad de Gatos, Se va el Camello prepara un recital extenso y emotivo: una lista de casi 30 temas que recorrerá todas sus etapas, desde los inicios hasta sus lanzamientos más recientes, incluyendo canciones que nunca fueron editadas oficialmente.
“Va a ser un show muy muy importante. Muchos invitados, canciones de todas las épocas, y la idea de festejar con todos”, adelantan.
Entre las bandas invitadas estará Fluydez, también de La Plata, que abrirá la noche. Además, participarán músicos de Capital Federal y de distintos géneros, sumando diversidad sonora al festejo.
Lo que viene: el aniversario sigue rodando
Aunque la atención está puesta en esta fecha, la banda ya anticipa que el festejo por los 20 años continuará: “Tenemos ganas de seguir celebrando, así que van a salir otras fechas, seguramente en Capital y en otros puntos del conurbano”, aseguran.
Mientras tanto, el reencuentro con el público platense promete ser una noche de celebración, memoria y futuro. Porque si algo define a Se va el Camello, es la constancia de seguir creyendo en el rock como forma de vida compartida.