Gastón Suso pudo cortar una racha de 224 minutos sin goles. No obstante, Gimnasia mereció gritar más de una vez frente a Independiente. Y es que los dos delanteros que Alejandro Orfila mandó a la cancha tuvieron situaciones muy claras para poder convertir, y el palo se las negó.
La primera jugada con protagonismo del poste ocurrió a los 14 minutos del primer tiempo: tras un tiro libre desde la derecha, un primer cabezazo obligó a Rodrigo Rey a intervenir. El arquero dio un rebote corto, que cayó en los pies de Marcelo “Chelo” Torres. El delantero remató con fuerza, pero la pelota se estrelló contra el palo derecho.
La segunda chance clara llegó en el complemento, a los 11 minutos del segundo tiempo. Esta vez, Jeremías Merlo filtró un gran pase en profundidad que dejó mano a mano a Norberto Briasco. El ex Boca, con muchísima movilidad, tiró la diagonal atacando el espacio e intentó una definición sutil ante la salida del arquero del Rojo. Buscó colocarla contra el palo izquierdo, pero nuevamente el destino fue el mismo: el balón pegó en el poste.
Gimnasia generó peligro, presionó alto y tuvo sus momentos de superioridad. Sin embargo, la falta de precisión en el último toque y la fortuna que jugó en contra en ambas jugadas impidieron que el equipo de Alejandro Orfila pudiera ampliar el score.
Un gol que se festejó con todo
Se rompió la racha. Gimnasia volvió a abrazarse con el gol después de 224 minutos de sequía. Tras dos partidos sin poder convertir, el Lobo volvió a festejar. Y el encargado de cortar la mala fue un protagonista inesperado: Gastón Suso, el capitán.
Aunque el tanto llegó desde un balón detenido, Alejandro Orfila encontró señales positivas en la previa a esa jugada. Es que el córner que derivó en el gol nació de una presión alta bien ejecutada por Gimnasia, lo que dejó en claro que el equipo no renunció a disputar cada pelota. Un mensaje claro: el Lobo fue a buscar el gol con decisión y lo construyó desde la intensidad.
La jugada se gestó luego de un avance que Independiente parecía haber neutralizado. Pero el equipo de Orfila respondió con un bloque alto eficaz, forzando un rechazo forzado desde la izquierda que recuperó Juan Pintado en campo rival.
El lateral derecho avanzó con rapidez y asistió a Marcelo Torres, cuyo remate fue desviado al córner por un cruce salvador de Kevin Lomónaco. Enseguida, el envío preciso de Pintado y el frentazo de Suso desataron el festejo en el Bosque. Una celebración que fue mucho más que un gol: fue una muestra de carácter.