Gimnasia continúa a paso firme en el torneo Clausura. Tras un trabajado triunfo ante Independiente en el Bosque, se impuso ante Godoy Cruz en Mendoza y consiguió dos triunfos consecutivos luego de seis meses. El Lobo pareciera haber encontrado la fórmula para hacer daño a sus rivales, incluso sin justificarlo desde el juego, y a partir de allí comenzar a manejar los hilos del partido.
Los primeros minutos del equipo de Orfila fueron dubitativos. Los jugadores comenzaron imprecisos y cometiendo errores defensivos que permitieron el avance del local. Apenas insinuó riesgo sobre el arco de Petroli y en líneas generales se mostró inconexo. Pero todo ello cambio con el gol de Manuel Panaro, que aprovechó una seria de rebotes en el área y no perdonó.
El bolivarense fue la bandera en una notable crecida del equipo en general, que a partir del gol ganó confianza y administró el partido con mucha tranquilidad y criterio. Primero con el gol del Chelo Torres para ampliar la ventaja y luego para defender el arco de Insfrán, entendiendo que Esteban Solari iba a volcar a su equipo en ataque.
Fue inteligente para entender el partido. Golpeó en el momento justo, estuvo cerca de convertir el tercero, y no se volvió loco por salir de abajo o tener la posesión de la pelota cuando el rival intentó imponer condiciones. Supo replegarse en el fondo y no arriesgo nada pensando en cuidar la ventaja.
Así, con una tarea correcta en todas las líneas y una gran actuación de Panaro, la figura del encuentro, el equipo de Orfila volvió a sumar de a tres y dio muestras de ser un equipo más entero, más maduro. Que interpreta bien los momentos del partido, que tiene poderío ofensivo y que cuando está metido no regala nada en defensa.