Desde que Cristina Pérez dejó el noticiero, su rostro se volvió más esquivo, como un político en campaña electoral. Solo aparece en actos oficiales junto a su amado ministro de Defensa, Luis Petri. Antes, se la veía a diario en su escritorio junto a Rodolfo Barili, pero ahora, como una “ninja de la comunicación”, se mueve más en las sombras.
Sin embargo, este fin de semana, una fotografía suya circuló por las redes. Y, (oh sorpresa), tenía particularidades que la hacían ver más diferente que un pingüino en un sauna.
¿Qué pasó con la clásica imagen que todos teníamos de ella? ¿Se sometió a una cirugía? ¿O simplemente se aplicó un filtro de Instagram llamado “Rejuvenecimiento Oriental”?
EL EFECTO “CHINA” EN LOS OJOS
Cristina sonríe ampliamente en la foto, y eso, tuvo consecuencias. Sus ojos se achinaron, como si hubiera estado viendo telenovelas coreanas toda la noche. ¿Es un nuevo truco de belleza? ¿O acaso esta practicando para un papel en alguna secuela de la película de Darín “Un cuento Chino”?
Pero eso no era todo. El ancho de su cara parece haber variado. ¿Un retoque estético? ¿Una dieta de sushi y sake? A pesar de estar mal visto en los últimos tiempos hablar del cuerpo de los otros, la sociedad parece habilitar tácitamente la crítica mordaz cuando se trata de cambios físicos autoproducidos, desde tintura, injerto de pelo o retoques estéticos.
Las redes no perdonaban. Algunos comentarios eran más filosos que las uñas de Freddy Krueger:
– “¿Le picaron las avispas?” preguntaba un usuario, recordando la época menemista y la excusa del ex presidente cuando se hizo un “toque” en su rostro. ¿Será que Cristina Pérez también fue víctima de un enjambre de avispas cirujanas?
– “Cuando la vea la canciller no la va a poder distinguir“, aludiendo a las declaraciones de Diana Mondino acerca de que “los chinos son chinos, son todos iguales”, que realizó hace pocos días al matutino Clarín en relación a la base china de la Patagonia y sus integrantes de aquel país asiático.
– “Es verdad eso de que la política te arruina“, sentenció un usuario. Claro, porque la gestión pública es como un spa de envejecimiento facial.
– “Es la Tigresa del Oriente“. Sí, la ex conductora de Telefé ahora podría cantar “Un Nuevo Amanecer” con la misma pasión que la cantante bizarra de origen peruano.
CRISTINA PÉREZ Y EL “NO HAY POR QUÉ”
Pero el posteo más sutil fue aquel que acompañaba la foto con una leyenda en “código”. Solo los ávidos televidentes entenderían la referencia. ¿Recuerdan aquel entredicho entre un camarógrafo y la dueña de un supermercado chino? Cuando le preguntaron el porqué de una situación, ella respondió: “¿Por qué?, no hay por qué“. Así, el autor dejó entrever la similitud de los rasgos de la nueva Cristina Pérez con aquella empleada o dueña oriental de un autoservicio.
Cristina Pérez pasó de ser una periodista poderosa a convertirse en un enigma de caracteres ininteligibles
¿Operación, filtro o pacto con los espíritus del Lejano Oriente? Solo ella lo sabía. Pero una cosa era segura: Diana Mondino la confundiría.