Acorralado por una pandemia que le impidió ejercer la actividad a pleno y necesitado de ingresos económicos, a un profesor de historia nacido en Azul se le ocurrió una idea revolucionaria: un juego de cartas que enfrenta a las principales figuras del socialismo internacional a lo largo de la historia.
Juan Rubolino es un docente de 29 años que vive con su pareja y su hija de menos de tres años en Azul. Da clases de historia en escuelas del distrito, pero durante la cuarentena no pudo tomar horas porque no hubo actos públicos y su economía familiar quedó en jaque.
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A la vez, con la ruptura del Partido Obrero, se retiró de la militancia activa después de 10 años en los que compitió electoralmente como candidato a intendente, a concejal y a diputado provincial.
Ante esta crisis, “no iba a caer en la típica de hacer comida. A mí me surgen otras cosas. Entonces empecé a pensar que no había cosas lúdicas para los activistas de izquierda. La militancia siempre se circunscribe a una cuestión meramente política”, recuerda Juan en diálogo con INFOCIELO. A esto, entre risas, le sumó: “había visto cartas de tarot peronistas y dije qué buena idea. Pero esto con la izquierda no se puede hacer porque los izquierdistas no creemos en el tarot”.
Así fue que durante el 2020, Juan ideó este juego de cartas con 20 personajes del siglo xx, a excepción de Karl Marx y Friedrich Engels, vinculados al socialismo y “reconocidos fácilmente”. Cada cual tiene un puntaje en 4 categorías en las que sí creen los izquierdistas: teoría, estrategia, táctica e internacionalismo. El juego consiste en enfrentar a los personajes entre sí en situaciones azarosas que harán aumentar o disminuir su poder (dictadura fascista, por ejemplo).
Dentro del War of Class, Lenin es la carta más fuerte con 92 puntos en teoría, 88 en estrategia e internacionalismo y 87 en táctica. Mijaíl Gorbachov es la más débil. En estos casos, probablemente, no haya polémica, pero el mazo de War of Class no pasará desapercibido entre la militancia. Sobre todo por la diversidad de la izquierda y también de los personajes del juego, entre los que se destacan el Che Guevara y Fidel Castro como representantes latinoamericanos.
“Apunto a un sector más amplio de la izquierda. Yo milité una década en el Partido Obrero, pero no tiene un sesgo ideológico. Tiene una amplitud que me hizo reconsiderar algunas cuestiones”, explica el encargado de evaluar a cada personaje y puntuarlo. “Para los trotskistas, Stalin acabó con la Revolución de Octubre, pero creó un sistema que se afianzó en el poder y dominó una parte del mundo hasta entrados los ‘90”, ejemplifica.
Después de las cartas y el reglamento, basado en un juego análogo pero con personajes de Pokémon, solo faltaba el nombre cuya traducción literal significa lucha de clases. Una “cipayeada”, admite el profesor, de nuevo entre risas. “Venía con muchos problemas con el nombre. Todo era horrible. Entonces empecé a pensar en categorías marxistas y dije lucha de clases, pero no me gustó en español”, recuerda.
Un año después del nacimiento de la idea, Juan se encuentra mejorando el diseño de las tarjetas y tramitando la propiedad intelectual. Su objetivo es lanzar una preventa a fin de mes y mientras tanto apuntar a una financiación colectiva, a través de Cafecito, para solventar los gastos.
La plana mayor de las izquierdas bonaerenses y argentinas aún no vieron el War of Class ¿Les gustará? “Los compañeros del Partido Obrero a nivel local lo han jugado y a todos les pareció buena idea”, asegura el profesor, un poco aliviado.