El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) que publica el INDEC mostró en marzo un incremento interanual del 5,6%, aunque registró una caída del -1,8% respecto a febrero, en la medición desestacionalizada. Esta baja representa el primer retroceso mensual desde abril de 2024, cuando el indicador había tocado su piso con una caída del 1,2%.
El crecimiento interanual evidenció una desaceleración respecto a los tres meses anteriores, cuando las subas superaron el 6%. La suba estuvo impulsada, principalmente, por el buen desempeño del sector financiero, que registró un crecimiento del 29,3%, y por la recuperación en rubros como la construcción (9,9%) y el comercio mayorista, minorista y reparaciones (9,3%). Esta última fue la actividad con mayor incidencia positiva en la evolución del EMAE, seguida por la intermediación financiera y la industria manufacturera, que avanzó un 4,2%.
En contraste, cinco sectores registraron caídas interanuales, entre ellos electricidad, gas y agua (-4,3%) y hoteles y restaurantes (-3,6%). La administración pública y defensa; junto a los planes de seguridad social de afiliación obligatoria también retrocedieron (-1,1%), restando en conjunto 0,19 puntos porcentuales al crecimiento global del EMAE.
La industria, sin repunte sostenido
Pese al aporte de la industria al crecimiento interanual del EMAE, su evolución reciente no fue favorable. En marzo, el índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) cayó un 4,5% respecto al mes anterior. Además, la utilización de la capacidad instalada en el sector fabril fue de apenas el 54,4%, reflejando un bajo nivel de actividad y escasa inversión.
Entre los sectores más rezagados se encuentran la industria automotriz y la edición e impresión (ambas con 48,9%), productos de caucho y plástico (42%), productos del tabaco (41,2%) y productos textiles (41%). En ese contexto, la industria metalmecánica –excepto automotores–, si bien sigue por debajo del promedio general con un 42,8% de utilización, mejoró respecto a marzo de 2024 (38%), impulsada por una mayor producción de maquinaria agropecuaria como tractores, cosechadoras y pulverizadoras.
El consumo, en niveles críticos
El consumo masivo continúa en caída libre. En marzo se registró un desplome del 7,1% interanual en las ventas de los grandes supermercados, encadenando así quince meses consecutivos de retroceso. Esta tendencia negativa se prolongó en la primera quincena de abril, según datos de la consultora Scentia.
El deterioro del consumo coincide con fuertes aumentos en las tarifas de servicios públicos aplicados en abril: subas del 200% en gas y agua, y entre 120% y 300% en electricidad. Estos incrementos impactaron en el poder adquisitivo, ya que, pese a cierta recuperación de los salarios formales, los hogares debieron destinar una porción mayor de sus ingresos a gastos fijos, reduciendo su capacidad de consumo.
Así, aunque las próximas cifras mensuales puedan mostrar leves mejoras por efecto de una base de comparación muy baja, el consumo aún se encuentra en niveles mínimos históricos. Según estimaciones privadas, resta recuperar un 14% de caída acumulada en ventas de supermercados y comercios de proximidad que se arrastraba hasta el cierre de 2024.