Como casi todos los funcionarios de la primera línea del gobierno nacional, el canciller Felipe Solá se acercó hoy al sepelio de Diego Armando Maradona, que comenzó hoy en la Casa Rosada, y dejó algunas impresiones sobre el ídolo que se fue.
“El país perdió un ídolo fenomenal, con un carisma enorme, que después de 20 años de haber dejado de jugar al fútbol siguió siendo un referente fundamental para el pueblo”, dijo Solá a la salida de la casa de Gobierno, donde miles de personas se agolparon para despedir al astro.
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Para Solá, la figura del 10 trasciende su origen argentino y sus dotes como futbolista. “No solamente porque era argentino y jugaba al fútbol extraordinariamente bien, sino por el carisma y el liderazgo que la gente veía. Levantaba las tribunas, levantaba a su club, a la Selección”, reflexionó.
Lo que más valoró fue sin embargo “el coraje de ser capaz de dar lo mejor de sí en los momentos más difíciles. El coraje para animarse a ser quien era”.
Solá evitó referirse a la familia del Diez, pero sí narró el momento en el que el presidente Alberto Fernández se acercó al féretro para darle el último adiós. “Le tocó un momento en el que todos los jugadores de Argentinos Juniors rodearon el cajón y el Presidente puso la camiseta número 10 de Argentinos. Fueron pocos minutos, pero fue un momento emocionante para él”, contó.
Por último, y frente al pedido de recordar un momento de la carrera de Maradona, Solá eligió una jugada que, como simpatizante de River Plate, no es muy grato. “Yo era hincha de River cuando dejó gateando a Fillol, en el 81”, rememoró, en relación a clásico en el que Maradona se consagró como ídolo de Boca Juniors con una victoria espectacular frente a su clásico rival.
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