El delantero que llegó como una apuesta desde Estudiantes de Río Cuarto volvió a pagar la confianza del entrenador adentro de la cancha y como plus terminó ovacionado por su esfuerzo en el Juan Carmelo Zerillo. Otra buena actuación le valió su primera ovación desde los cuatros costados del Bosque.
Destacado por su despliegue y su exigencia física, se convirtió en una pieza clave del equipo de Pedro Troglio, que también le tiene mucha estima. El entrenador declaró en su momento que “es lo ideal. Es la definición justa de lo que quiero, llega, corre, asiste”.
Luego del partido y ante la pregunta de los periodistas presentes, el jugador de 25 años reconoció: “Se me puso la piel de gallina cuando escuché que me ovacionaban. Uno trabaja para hacer lo mejor para el equipo y es lindo que te reconozcan adentro de la cancha“.
Desde que llegó se ganó la titularidad y no salió. Son 10 los partidos que lleva en el club y en todos ellos lo hizo desde el arranque, saliendo solamente en un compromiso que fue ante San Martín de Tucumán. Ante Huracán y Boca convirtió sus únicos dos goles.