“Eduardo tiró la bomba para que todos sepan cómo viene la mano. Y ahora está de vacaciones, esperando…”.
La frase del entorno de Eduardo Domínguez confirma varias cosas. Por empezar, que pasara lo que pasara contra Aldosivi, ya tenía la decisión tomada. ¿La de irse? En parte. Porque lo que hizo el Barba fue anunciar, en definitiva, que en estos términos él no iba a seguir y que ahora esperaba una respuesta de la dirigencia.
Ahora bien, ¿de qué términos habla Domínguez? ¿Qué es lo que cambió? Principalmente, que no tendrá la mayor injerencia en lo que es el próximo mercado de pases. La posición del presidente Juan Sebastián Verón, en ese sentido, es clara: no quedó conforme con los refuerzos que se trajeron (y mucho menos por el rendimiento) teniendo la posibilidad y el dinero que aportaba Foster Gillett para ir por más. Por lo tanto, decidió que tendrá mayor poder de influencia en las incorporaciones. Y esto puede ser un punto de quiebre.
Pero además, como publicó Cielosports, a Domínguez tampoco le gustó lo irrupción en la vida deportiva del club de Carina Magnabosco, una aliada estratégica que acercó Juan Sebastián Verón a la institución, que no tendrá en principio ningún cargo en particular, pero que sí se acercó al plantel y al cuerpo técnico para empezar a trabajar en aspectos vinculados al futuro futbolístico.
Como fuera, en el club hay quienes sospechan que, más allá de esta aparición de Magnabosco (que claramente no siguió los caminos normales por la forma en la que se presentó en City Bell), lo que buscó Domínguez fue un chivo expiratorio para poner sobre la mesa su continuidad, sabiendo que el contexto no parece ser el mejor y que la eliminación con Aldosivi terminó por confirmarlo: finalizado el semestre, sigue sin encuentrarle la vuelta al equipo ni tiene respuesta en sus jugadores.
¿Y entonces?
Desde su entorno dijeron estas horas que, después de la “bomba”, Domínguez no “renunció”. Que sí puso en duda su continuidad, algo que quedó claro en sus palabras, y que tiene la decisión de irse si no hay una aclaración sobre el escenario en el que trabajará a futuro. Ah, y también dejando en clara otra situación: si Marcos Angeleri no continúa como secretario técnico, él tampoco seguirá como entrenador. Por una cuestión de lealtad a quien lo trajo al club.
La cuestión es que Domínguez ya salió de vacaciones con su familia y lo que espera es ahora un llamado oficial. Para eso, puso un plazo: el 10 de junio (el plantel volverá recién el 17 a los entrenamientos). Si de acá a esa fecha no tiene una comunicación de la institución para reunirse y aclarar el panorama, anunciará formalmente que dejará de ser el entrenador.
De todos modos, la idea del club es definir esta cuestión cuanto antes y por eso en estas horas se dio una cumbre en UNO entre el presidente Verón, Angeleri y el gerente de fútbol, Diego Ronderos. Por todo, se vienen horas decisivas…