Luego de que Ashton Kutcher revelara que lucha desde hace más de un año contra una extraña forma vasculitis que afectó su visión, audición y equilibrio, la enfermedad quedó en boca de todos.
“Realmente no lo aprecias hasta que se va, hasta que dices, ‘no sé si alguna vez podré volver a ver, no sé si podré volver a escuchar, no sé si podré volver a caminar’”, se lo escucha decir al actor estadounidense en una entrevista con Bear Grylls para un programa que saldrá próximamente a la luz por National Geographic.
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¿Qué es la vasculitis y por qué se produce?
Según explican desde la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR), la vasculitis es la inflamación de los vasos sanguíneos, la cual puede generar una obstrucción lenta y progresiva del vaso sanguíneo o aún más, destruirlo.
“Tal como si obstruyera el sistema de riego a su jardín y sus plantas se secasen, el tejido del cuerpo humano que está irrigado por el vaso sanguíneo enfermo sufrirá de la menor llegada de sangre llevándolo a una lesión que, de no ser corregida a tiempo, suele ser irreversible”, ilustran desde el organismo.
Además, aclaran que patologías de este tipo varían desde simples lesiones de la piel hasta la pérdida de la función de un órgano, por ejemplo la afección de los ojos hasta generar ceguera, o el compromiso de un órgano vital, pudiendo producir la muerte.
Síntomas
De acuerdo a la SAR, algunos de los síntomas más comunes en la vasculitis son:
- Lesiones cutáneas como erupciones, nódulos subcutáneos múltiples, úlceras de piel de difícil cicatrización, urticarias crónicas, etc.
- Afecciones del sistema nervioso periférico y/o compromiso del sistema nervioso central.
- Infiltrados, nódulos y/o cavidades radiológicas pulmonares.
- Fiebre por tiempo prolongado.
Causas
Siembre según la SAR, en general la causa es desconocida, aunque algunos factores de riesgo suelen actuar como desencadenantes o responsables:
- Algunos medicamentos, como efecto adverso, pueden generar lesiones vasculíticas en la piel, por lo general leves que se resuelven cuando dicha droga se suspende y es reemplazada por otra de eficacia similar.
- Los agentes infecciosos suelen contribuir a la aparición de vasculitis, entre ellos se destacan los virus productores de la hepatitis B y C, el virus de la inmunodeficiencia humana (productor del SIDA), entre otros.
- En ocasiones, las vasculitis se comportan como un síntoma o signo más de otra enfermedad autoinmune. En este caso, se las llama vasculitis secundarias a entidades como el lupus eritematoso sistémico o la artritis reumatoide, o aún a enfermedades no autoinmunes como los tumores.
Diagnóstico
Ante la sospecha de un caso de vasculitis, el médico deriva al paciente al reumatólogo, quien procede a diferenciar el cuadro de un importante número de patologías que pueden imitar con bastante similitud a una vasculitis.
Luego de una extensa conversación y profundo examen físico, se solicitan estudios de laboratorio y métodos de imágenes como radiografías y tomografías y estudios de anatomía patológica para definir el tratamiento más eficaz.
Tratamiento
“El mejor tratamiento comienza con un diagnóstico correcto”, destaca la SAR, y agrega: “Si el responsable de la enfermedad fue un medicamento o un agente tóxico, deberá ser retirado y quizás el problema alcance la solución definitiva. Si fue un agente infeccioso el desencadenante, la terapia específica resulta trascendente”.
Ante un proceso inflamatorio autoinmune severo, en tanto, se requieren drogas que modulen las acciones del sistema inmunológico como los corticoides o inmunosupresores. Estas preservarán la función del órgano y seguramente prolongarán la sobrevida.
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