La Jefatura de Policía de Tucumán informó oficialmente que Ferreyra se resistió a ser llevado preso cuando los gendarmes llegaron a su casa, se subió a un tanque de agua y luego se efectuó un disparo.
Pese a que fue llevado a un hospital cercano, pero falleció cerca de las 17:00 horas.
Ferreyra, condenado en 1993 por el haber cometido el triple crimen de “Laguna de Robles”, ocurrido dos años antes, donde murieron José Adolfo Menéndez, Hugo José Vera y Ricardo Alberto Andrada, estaba prófugo de la Justicia Federal; imputado por crímenes de lesa humanidad cometidos en el ex arsenal militar Miguel de Azcuénaga durante los “años de plomo”, en la década del 70.
Ferreyra fue un hombre odiado y respetado entre los tucumanos, por su política de “mano dura” en la lucha contra el delito, durante y, principalmente, después de la dictadura, cuando se desempeñó como titular de la Brigada de Investigaciones de la Policía provincial.
Cabe recordar, que el “Malevo” fue tapa de los diarios del país cuando en 1993 utilizó una granada de mano para fugarse del Palacio de Tribunales de la Capital tucumana, tras ser condenado a cadena perpetua los asesinatos de 1991.
Tras permanecer prófugo durante varios meses, el comisario Ferreyra se entregó y purgó parte de su condena en el penal de Villa Urquiza, luego de que el ex gobernador Antonio Domingo Bussi firmara un decreto reduciéndole la pena. Años más tarde, fue beneficiado con la libertad condicional.
AL