El próximo 26 de marzo, Silvana Varela, periodista, locutora y ex paciente oncológica, partirá rumbo a las alturas de Catamarca para encarar un desafío personal y, a la vez, casi sin quererlo, enviar un mensaje de inspiración para las personas que luchan o que lucharon contra el cáncer.
Su historia es la de cualquier mujer que, buscando o por casualidad, se topa con “un porotito en la axila”, como lo describe, y su vida da un vuelco.
Silvana puso en pausa su incipiente pasión por el montañismo y se preparó para un desafío más duro. Tuvo “el peor de los cánceres de mama” y afrontó un tratamiento extremadamente agresivo para volver a los cerros, donde, dice, es feliz.
El 26 de marzo, dentro de 9 días, dará comienzo el periplo que la llevará a la cumbre del Cerro San Francisco, límite natural entre Argentina y Chile, a más de 6 mil metros de altura sobre el nivel del mar. El desafío es hacer su “primer seis mil”, al cáncer ya le ganó. Esta es su historia.
La historia de la mujer que luchó contra el cáncer para volver a la montaña
La montaña y la zanahoria
A Silvana le diagnosticaron cáncer cuando empezaba a disfrutar del montañismo. Había escalado algunas cumbres menores del Cordón del Plata, en Mendoza, pero el premio mayor, el cerro Vallecitos, se le escapó por una cabeza. Pocos días más tarde se toparía con el “porotito”.
El castillo olvidado de Coronel Rosales: historia, secretos y misterios de la casona más famosa de la Ruta 229
Fue símbolo de lujo y poder político, pasó por múltiples dueños y hoy es ícono del abandono. La historia del “castillo del médico”, sus mitos más populares y por qué sigue atrapando la atención de los vecinos.
“Cuando me diagnostican lo primero que hice fue imprimir una foto de la zona de Vallecitos. La encuadré y la puse en la pared a los pies de mi cama”, le cuenta a INFOCIELO. Afuera arrecia el temporal que dejó bajo el agua a Capital Federal y a casi todo el Conurbano.
-O sea que te despertabas cada mañana y lo primero que veías era tu objetivo…
-Y me dormía viendo la foto. Decía: “me voy a curar, voy a poner el cuerpo en condiciones y voy a volver a la montaña”. Muchos me corregían: “vos te vas a curar porque tu fuerza son tus hijos y son tus nietos que te aman”. Yo pensaba “si, pero si yo me muero, por ley de la vida siguen estando. Si yo me curo, si me quedo en el limbo de paciente oncológico…”-
-¿Eso es algo que existe, que le pasa a los pacientes oncológicos?
-Me encontré con gente en la sala de espera, hablé con las mujeres que estaban ahí, que se referían a sí mismas como “pacientes oncológicas” y que su cáncer había pasado hace 5 ó 10 años.
La historia de la mujer que luchó contra el cáncer para volver a la montaña
-No le ponían si quiera mandato cumplido.
-¡No! Lo primero que le dije a mi oncólogo es que cuando no me quedara más nada adentro, que terminó el tratamiento, me iba a dejar de considerar paciente oncológica. “Yo vengo y te hago los controles que quieras, me gusta tener controles seguidos, hago lo que vos quieras, pero yo soy ex paciente oncológica”.
El cáncer y la disciplina de la montaña
Para la recuperación, Silvana no sólo abrazó una actitud positiva: adoptó, además, la disciplina de la montaña. “Todo el tiempo fui haciendo un paralelismo: los días que no me sentía bien, cuando tenía náuseas, pensaba ‘estoy acá, me afectó la altura, tengo que hacer un parate'”, cuenta: la actitud del montañista que debe esperar que escampe -o que pase el invierno- para terminar un ascenso.
-La Montaña te preparó…
-Lo tomé con disciplina tipo deportiva. Yo sabía que el éxito del tratamiento radicaba en poder tener las quimio todas juntas, para eso el cuerpo tiene que estar en condiciones y para eso hay que comer. Algo tan básico como eso, aunque tuviera el estómago cerrado. Porque si no como, los resultados del laboratorio iban a dar mal, sin laboratorio no había quimio y sin quimio no hay cura.
La historia de la mujer que luchó contra el cáncer para volver a la montaña
Dentro de nueve noches, Silvana Varela junto a Gonzalo, su compañero de aventuras, partirán a Córdoba. Allí levantarán algunos equipos y terminarán los preparativos. Después hay que aclimatarse a la altura de Catamarca. Insólitamente, o no tanto, es una parte del trabajo que le cuesta bastante.
En el medio, los vaivenes de la economía le jugaron una mala pasada: los costos de la expedición se fueron a las nubes: quedó 600 mil pesos abajo. En el Club Morón, del que es socia y voz del Estadio, la alentaron a que haga una colecta: en un puñado de días cubrió lo que le faltaba.
Tanto esfuerzo, tanto sufrimiento, ¿para qué? “Cuando vos explicás el por qué, me cuesta. No sé si concientizo por el cáncer de mama. Lo que yo hago es tratar de transmitir que, si tenés la suerte de salir bien de eso, no hay que quedarse en el limbo del eterno paciente”.
-Vos decís concientizar con alguna duda, yo lo veo más como inspirar…
-Yo también lo veo pero suena como de un ego… Pero creo que tiene que ver con eso.
Mirá la entrevista completa con Silvana Varela en INFOCIELO
TE PUEDE INTERESAR
