Cada 8 de abril la gente de Boca recuerda al Topo Gigio de Juan Román Riquelme, pero detrás del festejo está latente una de las actitudes más desafiantes de un jugador hacia un dirigente que se hayan visto en los años de fútbol moderno. La cara incrédula del entonces presidente de Boca, Mauricio Macri – que intentó ocultarla con sonrisas – ante el gesto del ídolo del pueblo xeneize fue apenas el primer cruce de varios que vendrían por delante.
Un día como hoy, pero del 2001 Boca y River se enfrentaban en la Bombonera. Los dos equipos más poderosos del país se medían en un contexto donde los locales llegaban como los campeones del mundo y con los ojos del mundo puestos sobre ese 10 indomable que venía de humillar al Real Madrid en Japón.
no dejes de leer
Pese al poderío histórico de River, ese Boca no tenía rival en nustro fútbol y el 3 a 0 no hizo más que sumar una capítulo imborrable a una dinastía difícil de repetir. Amo y señor del partido Román marcó de cabeza luego de que Constanzo le ataje el penal y salió disparado a la zona de palcos para ponerse las manos detrás de las orejas y mirar fijamente a un Macri anonadado, el fastidio de Román, era para toda la Comisión pero Macri (pese a que estaba de licencia) era quien tomaba las decisiones.
Los números de la bronca
Román pretendía un resarcimiento económico por lo que había ganado con Boca ( tres torneos locales, una Libertadores y una Intercontinental) pero Macri no quiso revisar nada del contrato ya firmado. Las exposiciones se volvieron mediáticas y hubo fuego cruzado entre las partes hasta que finalmente Riquelme aceptó la oferta del Barcelona. Esos 26 millones de dólares serían en un cifra récord para el club que amenzaba al 10: Si no aceptaba la oferta o no renovaba con Boca por lo que le ofrecía quedaba atado a una cláusula que le aumentaba el sueldo un 15%, sin premios ni primas en caso de no sumar minutos. Era aceptar o ser colgado.
Las ideas y vueltas hicieron que Román se sienta en disgusto y como él, toda la gente de Boca que no aceptaba semejante manoseo con el ídolo que pretendía quedarse en el club. Finalmente hubo renovación y Riquelme terminó yendo a España al otro año, con un contrato mejorado y Boca percibió los 26 millones en dos pagos de 13.
¿Quién fue el Topo Gigio?
El pesonaje es un invento de la italiana María Perego que vio la luz en 1958 en la televisión de aquel país, pero en 1959 llegó a la popularidad. En 1963 fue parte del “The Ed Sullivan Show” y allí su imagen se instaló en el mundo. En 1968 llegó a la Argentina y participó del programa de Teleonce La Galera. Estuvo en sketchs con Juan Carlos Mareco, Berugo Carámbula, Héctor Larrea y Susana Giménez. En Brasil, la cantante Xuxa lo adoptó para su show televisivo. Años más tarde, la historia de Juan Román Riquelme con sus festejos “a lo Topo Gigio” hizo que muchos jóvenes de otra generación se acercaran al personaje.