El pasado sábado por la noche, cuando Vélez caía ante Estudiantes por la final del Trofeo de Campeones, cerrando el año futbolístico en Santiago del Estero. Algo se terminó de quebrar en un Fortín de gran temporada pero que terminó víctima del cansancio, aún del interno.
El partido terminó con una contundente victoria del Pincha por 3-0, pero parte de la atención estuvo puesta fuera del campo de juego, debido a la polémica ausencia de Gustavo Quinteros en el banco del Fortín, que puso por delante el casamiento de su hija al compromiso de los suyos desatando una interna dentro de un plantel quebrado.
“Nos enteramos el día anterior que no iba a estar. Si bien él es el líder y estaría bueno que siempre esté, hay cosas más importantes que el fútbol, es una realidad. Lo entiendo, pero también todos dejamos cosas de lado. Le mandamos un saludo y espero que esté bien“, señaló Valetín Gómez la joven figura de Vélez que más allá del título local, perdió las tres finales que disputó en el año.
Las imágenes que exponen la interna de Vélez
El periodista Pablo Carroza, de cercano vínculo con la institución de Liniers, recortó lo que fue la premiación del segundo puesto del Fortín y se notó cómo algunos referentes ni miraban al presidente Fabián Berlanga y otros directamente lo ignoraban como Braian Romero.
Los problemas vienen de larga data cuando en marzo de este año cinco jugadores del plantel fueron separados tras la denuncia por acoso sexual de una periodista. Aquella noche en Tucumán marcó un quiebre aunque el equipo comenzó a funcionar en lo futbolístico. Sin embargo, tras los insultos de Elías Gómez y Claudio Aquino contra Quinteros en el recordado partido con River dos bandos donde los ex River (Gómez, Mammana y Romero) quedaron del lado de la experiencia y del otro lado quedaron los pibes del club encabezados por Valentín Gómez que ya hizo público su deseo de salir del club.
Magalí Riel, pareja del defensor Emanuel Mammana, fue la que alzó su voz a través de redes sociales para repudiar lo sucedido con la gente de Vélez en la final perdida por la Copa Argentina: “La vergüenza que siento al escuchar insultos de hinchas hacia los jugadores es enorme. Ellos, como cualquier ser humano, son susceptibles a la presión y al juicio. Y cuando un hincha dice un insulto, también lastima a los hijos y familiares que están ahí”, esta situación no cayó nada bien ya que después Riel pidió “que se levante la voz para alentar”.