Fernado Signorini acompañó a Diego Armando Maradona en gran parte de su carrera como su preparador físico, pero también estuvo a cargo del plantel en Argentina en el Mundial del 2010. En diálogo con CIELOSPORTS TV, contó sus experiencias como parte del especial “Nuestro Legado Mundialista”.
“Un Mundial para mí en principio era impensado, la cima más alta, pero eso fue en un principio. Después todo lo que se hace rutina pierde el brillo, pero estuve en cuatro y se renovaba la sensación. Haber vuelto con la copa de México, toda la gente olvidando sus problemas, pero el fútbol representaba una cosa y hoy otra. Antes era una fantástica excusa para hacer feliz, hoy desgraciadamente no. Corrupción, barras bravas, y muchos miserables dicen que ganar es lo único que importa”, remarcó Signorini.
Ya adentrándose en sus experiencias, reconoció que en el 1990 “a Diego le rompieron la uña de su pie izquierdo, eso mermó su potencialidad y sus aspiraciones. Después fue una de las peores finales de mundiales de fútbol, que no estuvo a la altura. Argentina tuvo la mala suerte de perder a tres de sus figuras como Caniggia, Giusti y Olarticoechea. Llegar a la final hizo que volviéramos con una alegría que no era plena”.
“En 1994 estuvo la pérdida de Diego por esa descalificación, pero Argentina tenía un grupo de jugadores fantásticos. Era un equipo con buen potencial, después nos contaron que Brasil destapó una botella de Champagne y brindaron cuando se enteraron lo de Maradona”, agregó.
Por último, y sobre el certamen donde fue el preparador físico del plantel concluyó: “El Mundial del 2010 fue el que recuerdo con más cariño, porque ya estaba involucrado con el grupo y no solo con Diego. Sabíamos que si la cosa iba bien íbamos a tener posibilidades, la puesta a punto era el Mundial de Brasil y no nos equivocamos porque jugaron la final. El equipo dio absolutamente todo, no lo consiguieron pero fue para aplaudir. El jugador, si no va a jugar con alegría, contento, no lo va a poder hacer bien. Es una síntesis perfecta”.