Sociedad
ANÁLISIS

¿Puede compararse la inundación de Valencia con lo que pasó en La Plata en 2013?

El ingeniero hidráulico Claudio Velazco, experto en inundaciones, compara lo que ocurrió en La Plata en 2013 con la "dana" de Valencia.

Hay situaciones extremas que a todos nos marcan, y entre esas sin dudas que se encuentran las inundaciones cuando nos toca de cerca. Me apenó mucho, aunque lamentablemente no me sorprendió, lo que pasó en Valencia. Es más, las primeras imágenes de este martes 29 de octubre me retrotrajeron a, casualmente también un martes, pero de aquel 2 abril del 2013, cuando los platenses empezamos a transitar un evento climático que nos marcó para siempre las consecuencias del poder de la naturaleza, a los que les fue entrando el agua sin saber que pasaba, y ver como aumentaba su nivel sin saber hasta dónde, y más aún, sin saber si saldrían con vida de este hecho.

Esto último, lamentablemente fue lo que terminó ocurriendo a 91 ciudadanos platenses. Y a los que no nos inundamos seguro tuvimos un familiar, un conocido, un amigo que sí sufrió, y que hizo que la sociedad los contuviese. Como se imaginarán, el shock emotivo nos tocó a todos, desde lo sufrido, de lo que nos contaron, y de las propias observaciones al recorrer, el día después, por una ciudad devastada, con autos apilados en las ramblas centrales de las calles, con cientos de residuos muebles, ropas, etc, con marcas de la inundación en las paredes, marcas de uno, dos y hasta casi tres metros según se podía observar en diferentes sectores.

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Pero como dije antes, no me sorprendió esta tragedia en Valencia, no sólo por lo vivido, sino porque desde el 2002, con profundo convencimiento y hasta muchas veces en soledad, he venido observando, analizando y alertando sobre las consecuencias del cada vez más potente accionar del Cambio Climático, como también de la lamentable y lenta respuesta de la dirigencia política para intentar revertir ello, o al menos para actuar en la prevención, empezando con reales planes de contingencia, como en la proyección del planteo de Proyectos, y posteriores ejecuciones, de Planes Integrales de Obras Hidráulicas, mejor preparados para enfrentar este fenómeno climático.

LA LLUVIA CAÍDA

Y aquí me encontraba, en La Plata, del otro lado del océano, tratando de empezar a definir una línea de investigación que me permita empezar a entender técnicamente lo que en particular pasó en Valencia.

La verdad, prácticamente no me dediqué a mirar muchas imágenes, no porque no me interesasen, sino por querer aprovechar mis tiempos disponibles en tener una primer radiografía de cómo es dicha ciudad, entender su geografía, su planialtimetría en general, como por supuesto sus cuencas hídricas y los escurrimientos que en ellas podían darse hasta llegar a Valencia, en este caso como lugar de paso inexorable en su alocado derrotero para llegar al Mar Mediterráneo.

Con eso en mente, y a partir de contemplar un exhaustivo análisis de no menos de una decena de Estaciones Meteorológicas ubicadas en las cuencas altas pertenecientes a los cursos de agua que convergen en Valencia, pude corroborar que se trató de un vasto frente de tormenta que afectó, de manera directa, una importante superficie de sus altas cuencas, una superficie que pude estimar en no menor a los 1.200 km2 (equivalente a 120.000 Hectáreas). Pero, a fines de ejemplificar esta magnitud, respecto a la zona de afectación pensemos que la Ciudad de Valencia posee una superficie del orden de los 135 km2, con lo cual estamos hablando de una superficie de alrededor de 11 veces mayor magnitud de la ciudad, con escurrimientos que en algún momento llegarían a dicha ciudad.

Con la información recopilada de las estaciones Meteorológicas pude confeccionar una Planilla, donde en ella volqué los registros de sólo algunas de ellas, y con el objetivo de poseer un panorama abarcativo de lo que significó el frente de tormenta.

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Profundizando sobre lo antes expuesto, cuando uno posee cientos de valores de registros, entenderán que allí debe primar el criterio profesional para lograr un adecuado discernimiento y posterior elección de los datos que estimare como más trascendentes. Con ese criterio volqué, en relación con las Estaciones seleccionadas, y como punto de partida, las respectivas horas de inicio de precipitación, con sus correspondientes primeras cantidades de precipitación registrables. Seguidamente, las precipitaciones acumuladas que se correspondían con la superación de cada 100 mm de medición y, finalmente, los horarios cuando las respectivas precipitaciones cesaron.

Dicha Planilla fue el punto de partida para analizar las intensidades y duraciones de la tormenta, en concordancia con sus ubicaciones geográficas. Para que se entienda, no es lo mismo tener una tormenta que genere precipitaciones de gran caída de agua en poco tiempo, que otra que arroje la misma cantidad de agua acumulada pero varias horas posteriores, como del mismo modo no es lo mismo precipitaciones en geografías montañosas, con en sectores de llanuras.

A su vez, otro de los puntos claves para el análisis fue analizar las cotas (alturas de los niveles de superficies respecto a un cero del nivel de mar) en que se desencadenó y se registró la tormenta, la geografía de dichas superficies, es decir un análisis planialtimétrico preliminar que permitiese delimitar el recorrido de los escurrimientos, desde sus puntos más altos de una cuenca a sus puntos más bajos, como también de la distancia que representaron ese recorrido en cada cuenca.

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Para entender lo que pasó en Valencia, deberá contemplarse la conjugación de todas las variables mencionadas. Esa radiografía de situación pueden verla en el Plano donde se volcaron algunos resultados de Estaciones Meteorológicas, entre ellas las presentadas en la Planilla ya descrita, como la de otras que salieron públicamente en medios españoles y que, por sus magnitudes, estimé la importancia de tomarlas en cuenta.

Ahora, observando el Plano donde volqué la ubicación de las Estaciones, referenciándolas con el lugar, podrán apreciar las lluvias acumuladas registradas en cada una de ellas este 29 de octubre, como las Cotas topográficas del terreno donde se encuentran las mismas.

En primer lugar, el Plano base que eligiera fue adrede, ya que presenta relieves y por ende se resaltan sectores montañosos y, por otra parte, en los puntos de asentamiento de las Estaciones, se pueden ver que tenemos cotas del orden de los 700 mts en una, de 500 mts en otra, como del orden de los 300 mts en otras.

Por otra parte una variable a considerar son las longitudes que se tienen, desde los puntos más alejados de las respectivas cuencas, siguiendo los cursos de agua hasta sus respectivos desagües en Valencia. Al respecto, aclarando que si bien no tomé medidas de precisión, si puedo asegurar que sus longitudes pueden oscilar entre los 80 y 100 km.

El hacer hincapié, tanto en las alturas como en el desarrollo (longitud) de los ríos, se debe a que están íntimamente ligados con las velocidades que tendrán esos escurrimientos. Siendo que a mayor altura, mayor será la velocidad de escurrimientos, si le sumamos el gran volumen de agua caída en dicha tormenta, es de imaginar el daño que la fuerza del agua irá generando en su recorrido, más aún en el tramo final de la cuenca, esto es en su cuenca inferior, esto es en Valencia. Efectivamente, la cota de la Ciudad de Valencia en sus puntos más altos ronda entre 45 y 50 mts, pero en su tramo final, próximo a desaguar en el mar, la cota ronda los 3 a 4 mts. Por eso, podrán ver que en el Plano adopté, como cota de referencia, un valor promedio: 24 mts.

Por todo lo descrito, si imaginamos la fuerza y el gran volumen del agua que viene arrastrando todo a su paso, al encontrarse con verdaderos “cuellos de botella” por falta de secciones canalizadas adecuadas y sin revestimientos, la fuerza destructiva será mayor. Esto es lo que estimo ocurrió, mas aún en tramos con una marcada extensión barrancosa, lo que generó el desprendimiento de partículas de suelo finas que, por lo apreciable en algunas imágenes de suelo, son de composición limo arcillosas.

Este combo, de mezcla de agua con sedimentos limo-arcillosos, por secciones canalizadas muy insuficientes, y para nada preparadas para enfrentar las “grandes tormentas” producto del Cambio Climático, devinieron en las lamentables muertes de Valencia.

Lo acontecido en Valencia, lamentablemente no se trata de un hecho aislado, y seguirá repitiéndose en otros sectores del planeta, entre ellos en Argentina.

¿COMPARACIÓN CON LA PLATA?

¿Qué cosas pudieron tener en común ambas tragedias?. En primer lugar la magnitud de lluvia total caída, recordemos que en esa oportunidad, en La Plata cayeron 392 mm, una magnitud muy importante con una intensidad del orden de los 100 mm/h y una duración de alrededor de 3 hs, es decir que llovió unos 300 mm en sólo tres horas. Por otro el tema de víctimas fatales, y al respecto, recuerdo que en algún momento del desarrollo de la noticia de Valencia, se mencionaron 51 muertos, luego esa cifra pasó a 89 muertos. Hasta ahí parecía, al menos en semejanza de consecuencias, extremadamente similar a lo vivido en La Plata.

Por supuesto, como sabemos hoy día, en Valencia la cifra de fallecidos fue aumentando, y sabemos que superaron los 200 muertos, y con la angustia de tener un estimado de 3.000 desaparecidos.

Más allá de estas aparentes coincidencias, las situaciones son muy diferentes. Por un lado las magnitudes de las cuencas: en La Plata las cuencas son de menores magnitudes. La del Arroyo El Gato con una superficie del entorno de los 120 km2, y la del Arroyo Maldonado con 37 km2. En cambio, sólo una parte de las superficies altas correspondientes a la cuencas que afectaron a Valencia, como ya expresara, fueron del orden de los 1.200 km2. Respecto a las diferencias de nivel, en La Plata se tienen cotas máximas en la Cuenca alta del Arroyo El Gato del orden de los 32 mts (y en el Arroyo Maldonado son aún un poco menores), lo cual contrasta totalmente con los 700 mts de cota que se pudieron tener en Valencia.

En lo que sí coinciden ambas Ciudades, es que, lamentablemente, ambas aún no poseen un Plan de Obras Hidráulicas realmente preparadas para enfrentar el Cambio Climático. Y en esto quiero ser claro y enfático: sí es posible contar con un Plan de Obras preparadas para grandes tormentas. Lo digo con mucha convicción porque yo relevé las diferentes Cuencas afectadas en La Plata, analicé la situación de cada una, y pude finalmente concluir en la presentación pública de un Plan Integral de Obras Hidráulicas para La Plata preparadas para soportar es escurrimiento de grandes tormentas, como sr precisamente la acontecida en La Plata. Un Plan presentado con cuantificaciones, tanto en cómputos como en presupuestos, parciales y totales. Por eso, habiendo llevado adelante un primer análisis de situación como Valencia, no me quedan dudas que se podrían analizar, primero, proyectar después, y finalmente ejecutar un plan de obras acordes a las condiciones técnicas de borde que dicha ciudad y esa región necesitan.

Pero no quiero dejar estas reflexiones sin marcar lamentables coincidencias que si quedaron expuestas entre Valencia y La Plata: el no contar con un real Plan de Contingencia preparado para el accionar ante emergencia por inundaciones. Y esto es doblemente lamentable, ya que armarlos no requiere grandes inversiones, sólo de una fuerte decisión política.

En fin, “quien quiera oír que oiga” (o “que lea” en este caso), la realidad del Cambio Climático que está y seguirá acechando y mostrándonos su poder. No entender eso, negarnos a la realidad, significarán cientos y miles de vidas de Ciudadanos que seguirán estando expuestas al azar de latentes tragedias.

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