Cada año, cuando llega Semana Santa, muchas familias en Argentina y en distintos lugares del mundo adaptan sus costumbres alimentarias. El pescado se vuelve protagonista de la mesa y la carne roja desaparece, especialmente durante el Viernes Santo, día clave dentro del calendario cristiano. Pero, ¿por qué se evita comer carne? ¿Qué representa este gesto que atraviesa generaciones?
La práctica de no consumir carne en Semana Santa proviene de una larga tradición cristiana que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Particularmente el Viernes Santo, día en que según la fe cristiana Jesús fue crucificado, se considera una jornada de recogimiento, ayuno y penitencia.
Una tradición con origen en el sacrificio
La Iglesia Católica estableció desde hace siglos el ayuno y la abstinencia como una forma simbólica de recordar el sacrificio de Jesús. En ese contexto, la carne roja (especialmente la de animales como vacas, cerdos o corderos) se asocia con celebraciones y placer, por lo cual se la evita como signo de respeto y humildad.
En cambio, el pescado, al ser considerado un alimento más “sencillo”, se permite durante estas fechas. Además, el hecho de que los primeros cristianos fueran en su mayoría pescadores hizo que este alimento adquiriera un valor simbólico adicional. El pez (ΙΧΘΥΣ, en griego) fue incluso uno de los primeros símbolos del cristianismo.
¿Qué dice la Iglesia hoy?
La normativa oficial de la Iglesia Católica establece que todos los viernes de Cuaresma (el período de 40 días que precede a la Pascua) son días de abstinencia de carne. Sin embargo, el Viernes Santo es el único día, junto con el Miércoles de Ceniza, en el que se pide también ayuno (es decir, comer menos cantidad de comida).
Estas prácticas no son obligatorias para todos. Están destinadas principalmente a mayores de 14 años en el caso de la abstinencia, y de entre 18 y 59 años para el ayuno, salvo condiciones especiales de salud.
Más allá de la religión: una costumbre cultural
Con el paso del tiempo, esta práctica fue adoptada también por personas que no necesariamente se identifican como creyentes. En muchos hogares argentinos, no comer carne en Semana Santa es ya una costumbre cultural más que un precepto religioso.
Las pescaderías, por ejemplo, aumentan su actividad durante esta semana, y no es raro ver largas filas para comprar merluza, corvina, calamar o atún. También se popularizan recetas como la empanada de vigilia, las pastas sin carne, la tarta de atún y, por supuesto, los tradicionales huevos de Pascua que coronan la celebración.
¿Qué se puede comer en lugar de carne?
Durante el Viernes Santo, los platos que se sirven suelen ser simples, sin carne ni lujos. Algunas opciones comunes incluyen:
- Pescados: merluza, salmón, atún, corvina.
- Pastas: sin rellenos de carne, acompañadas con salsa de vegetales o pesto.
- Verduras: zapallitos rellenos, tortillas, guisos vegetarianos.
- Legumbres: lentejas, garbanzos, porotos, que aportan proteínas vegetales.
- Huevos, queso y lácteos: que están permitidos en este tipo de ayuno.