La llegada de Leonardo Suárez a Estudiantes fue un bombazo. Por lo sorpresiva de la negociación pero también por el desconocimiento en general que había de este volante ofensivo, habilidoso, que es zurdo pero que puede jugar de extremo por ambas bandas. La cuestión es que el ex Boca, de 29 años, llegará a préstamo al Pincha en principio por 18 meses.
Ahora bien, más allá de su situación actual, en la que fue corrido de Pumas de México para abrirle un cupo de no mexicano a Keylor Navas, refuerzo procedente de Newell’s, Leo Suárez tiene una historia muy particular, al punto de que el hecho de que haya jugado al fútbol y encima de manera profesional fue un verdadero milagro. Cuando nació, incluso, no se sabía si iba a poder caminar. Tremendo.
¿Qué le pasó? Lo contó él mismo, en una nota que dio en México: “Tuve de nacimiento no sé si una deformidad pero sí es un problema que es poco común, que se llama pie equino varo. Es decir, nací con los dos pies doblados para adentro”, contó. Se trata de una malformación genética que se da en una persona entre tres millones y que afecta justamente los huesos y los músculos del pie, que hace que el pie gire hacia adentro. En su caso, encima, le pasó con ambos.
Por eso, en principio, tuvo que hacer un tratamiento para poder, primero, caminar con normalidad, que era lo primordial para su desarrollo motriz. De hecho, en uno de su pies, el derecho, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para corregir esa malformación, ya que lo tenía prácticamente al revés. Después de esa operación, tuvo yeso por un año y pudo volver a caminar después de 18 meses. Increíble pero real.
Es por eso que el hecho de que pudiera jugar al fútbol, incluso desde chiquito, ya fue un milagro. “Mis abuelos y mi mamá no lo podían creer. Incluso, mis cirujanos, los que me intervinieron, no podían entender cómo llegué a ser un deportista de alto rendimiento con el problema que tuve”, relató, en una historia impresionante.
Sin consecuencias para jugar
A pesar de esa situación, pudo desarrollar su carrera sin problemas, aunque por la operación citada anteriormente tiene una pierna más desarrollada muscularmente que la otra. De hecho, Leo Suárez logró sobreponerse a las cargadas que recibió por eso desde chico y que tanto lo afectaron (“Al principio se me reían y tenía mucho complejo por eso, me daba vergüenza usar bermudas”, contó).
Lo concreto es que, producto de su fuerza mental y de su talento, terminó debutando en Primera nada menos que en el Xeneize. “Eso me dio seguridad, si alguien se reía de mí yo decía: ‘no me importa, estoy aquí y estoy jugando en Boca’”, sostuvo sobre aquellos tiempos difíciles.
De hecho, hoy no tiene dolor ni consecuencias por esa situación vivida de niño que logró convertir en casi un milagro de la medicina y del fútbol. En el Xeneize disputó dos partidos oficiales en el 2014, ante Tigre y Arsenal. Luego desarrolló toda su carrera en el exterior. Jugó en Villarreal, Valladolid, Mallorca y luego abandonó España para jugar en la primera de México. Sus clubes fueron América (donde fue campeón del Apertura 2023), Santos Laguna y Pumas.
Y ahora, llegará a Estudiantes para ocupar el lugar que probablemente libere Tiago Palacios, quien se irá a CSKA Moscú.