Una de esas perlitas que solo puede dar la política bonaerense y que haría sonrojar a cualquier jefe de prensa: en Lanús, se anunció con bombos y platillos que el ex campeón del mundo Héctor “Negro” Enrique sería candidato a concejal por Somos Buenos Aires, la alianza entre algunos peronistas y algunos radicales. El problema es que… no. El que va en realidad es Carlos “Loco” Enrique, su hermano. Casi casi, pero no.
El Loco Enrique, con paso por River e Independiente, es quien finalmente ocupará el tercer lugar en la lista que encabezan Emiliano Bursese y Sandra Pérez.
LA VENDIERON CAMBIADA EN LANÚS
Pero en el apuro por lanzar la noticia y meterle épica mundialista, desde la alianza anunciaron a lo grande que el “Negro” (autor del pase a Maradona en el gol más famoso de la historia del fútbol), sería el flamante aspirante local.
Claro, el Negro, campeón en México 86, tiene más peso simbólico y más memes, pero resulta que es kirchnerista hasta la médula, y el que se candidatea es el otro Enrique. ¿Confusión de familia o jugada de marketing? Difícil saberlo.
Tras un par de horas en las que algunos soñaban con ver al Negro haciendo campaña con la camiseta del ’86, vino la desmentida formal: el candidato es Carlos, el ex lateral izquierdo que supo levantar tres títulos locales (uno con el Rojo, dos con River), una Copa Libertadores y una Intercontinental con Independiente. Nada mal. Además, tiene en su vitrina la Copa América 1991, ganada bajo el mando de Alfio “Coco” Basile.
“EL LOCO”, DEL QUIRÓFANO A LA BOLETA
El Loco, que también pasó por Lanús, Gimnasia y Tiro de Salta, Banfield y All Boys, llega a este debut electoral solo dos meses después de haber sufrido un infarto que lo llevó a ser operado de urgencia y a recibir dos stents. La política puede ser un deporte de alto riesgo, pero al parecer el Loco viene con el cardio ya recién testeado.
Y ojo, no es ningún improvisado: ya en 1997 había incursionado en lo público al sumarse al programa “Tribuna Segura” del Ministerio de Seguridad. En ese entonces, defendía la idea de un fútbol en paz: “El fútbol es un divertimento. Todos queremos ver un espectáculo en paz y en familia. A nosotros nos gusta que la gente esté gritando y alentando al equipo”, decía, con tono de DT paternal.
Así que no, el pase mágico no lo dio el Negro, sino la confusión de campaña. En vez de armar un doble cinco en la política, uno se bajó sin haber subido y el otro se calza los botines electorales.
Lo que es seguro es que los Enrique siguen dando que hablar, ya sea con la pelota en los pies o con la boleta en la mano… Y sus apodos serían “cancelados” casi en cualquier rincón del mundo lejano al Río de la Plata.