En la televisión argentina las tragedias suelen convertirse en títulos llamativos, imágenes escabrosas, avances promocionados y videos virales, pero el caso del jubilado de 67 años que intentó prenderse fuego en una sede del PAMI en Córdoba es notable no solo por su gravedad, sino también por el silencio que lo rodeó en los grandes medios nacionales.
A pesar de ser una escena que resume el impacto de decisiones políticas en las vidas de los más vulnerables, las imágenes del hecho apenas tuvieron difusión, lo que plantea interrogantes sobre los intereses detrás de la cobertura mediática.
El hecho ocurrió en la sede central del PAMI en Córdoba Capital, cuando un jubilado, con una enfermedad terminal, desesperado ante la negativa de acceso a sus medicamentos, ingresó al lugar con un bidón de combustible y un encendedor. Se roció con el líquido inflamable y amenazó con inmolarse, una acción detenida in extremis por las personas presentes.
Sergio Zuliani, es un periodista de Telefé Córdoba, y describió la escena como una de las ‘imágenes más dolorosas que el país haya presenciado’, destacando su crudeza y relevancia informativa, pero como una gota de agua en el desierto.
Muy pocos portales publicaron el video y ofrecieron detalles del contexto, los grandes medios nacionales evitaron emitir las imágenes. Incluso el propio canal que registró la escena, Telefé Córdoba, no la compartió ni siquiera en sus redes sociales ni la reprodujo ampliamente en su señal nacional, a pesar de que Zuliani justificó la difusión como necesaria para entender la magnitud de la crisis que enfrentan los jubilados tras los cambios en el sistema de medicamentos del PAMI.
El video original del jubilado que intentó quemarse vivo en el PAMI de Córdoba y que los grandes medios nacionales silenciaron por completo, e inclusive quién lo generó, Telefé Córdoba, solo lo emitió a través de un valiente periodista que se animó a hacerlo
De Córdoba a CABA, el silencio de los inocentes
El trasfondo de esta situación radica en la reciente medida del gobierno de Javier Milei de restringir la entrega de medicamentos gratuitos a los jubilados.
El nuevo esquema impone condiciones como ingresos inferiores a $390.000 mensuales, la ausencia de una prepaga y la posesión de un auto con más de diez años de antigüedad. Este endurecimiento de requisitos busca reducir el gasto público en línea con la política de déficit cero, pero deja a miles de jubilados en una situación crítica, forzándolos a realizar trámites engorrosos para justificar su acceso a un derecho esencial.
Mostrar a un jubilado en una situación límite por esta política no solo pondría en evidencia las falencias del sistema, sino que también golpearía la línea de flotación del “relato oficial” sobre la eficiencia de las medidas económicas.
En este contexto, la falta de difusión de las imágenes no parece responder únicamente a su crudeza (o para ni “alimentar morbo”, en lo que pretenden escudarse), sino a una decisión editorial vinculada a los intereses políticos y económicos de los grandes medios, que suelen mantener una convivencia alineada con el gobierno de turno por propia conveniencia.
La responsabilidad de los medios
El periodismo tiene la responsabilidad de reflejar la realidad, incluso en sus aspectos más desgarradores, para que los ciudadanos puedan entender las consecuencias de las políticas públicas. Al invisibilizar casos como el del jubilado cordobés, los grandes medios contribuyen a la normalización de una crisis social que no debería ser ignorada.
La tragedia de este hombre no es un hecho aislado, sino el resultado de decisiones políticas que priorizan el ajuste fiscal sobre la dignidad humana.
Su historia, aunque relegada a los márgenes mediáticos, expone la fragilidad del sistema y la urgencia de proteger a quienes más lo necesitan. Al silenciar estas imágenes, se condena al olvido a quienes, como él, luchan por sobrevivir en un país que parece haberlos abandonado.