Jorge Bergoglio tenía devoción por San Lorenzo. Era hincha y socio. Seguía las campañas, se alegraba cuando ganaba, se entristecía cuando perdía, pero jamás maldecía. Su trabajo lo alejó de su pasión terrenal, pero no le cambió el sentimiento. Aun siendo el Papa Francisco, su pasión por San Lorenzo jamás murió.
A los 88 años murió el Papa Francisco en el Vaticano y el mundo está en shock. Su muerte recorre cada rincón del planeta y los católicos se sienten huérfanos, al menos por un rato. La bonhomía y amabilidad que dejaron una huella en Argentina lo depositaron en la cima del mundo. desde allí, su pasión por el fútbol y por San Lorenzo, no decayó.
Un viaje con la Libertadores de por medio
Francisco fue el socio número 88.235. Su pasión por el Ciclón nació a temprana edad, cuando era un asiduo concurrente al ex Gasómetro de Avenida La Plata.
Asumió como Papa en 2013, es decir, un año antes de que su amado club consiguiera la Cop Libertadores por primera vez. Por lo tanto, cuando se logró la gesta, una delegación de la institución viajó al Vaticano para verlo, llevarle una réplica de la Copa y conversar con él. “Ser de San Lorenzo es parte de mi identidad cultural”, aseguró en ese entonces.
En 2016, a través de una asamblea, el equipo decidió que el nuevo estadio llevara su nombre, propuesta que Bergoglio aceptó formalmente en 2024, cuando la actual Comisión Directiva se hizo presente en Italia para saludarlo y acercarle unos regalos.
Messi, Maradona y el Papa
Cinco meses después de haber asumido, el Papa recibió a Lionel Messi en el Vaticano. Ocurrió en la previa de un partido que la Selección Argentina (entonces comandada por Alejandro Sabella) disputó contra Italia para rendirle un homenaje.
El 1 de septiembre de 2014, Diego Maradona fue recibido por Bergoglio en Roma en la antesala de un partido benéfico que el ex capitán de la Selección Argentina aceptó disputar en favor de la paz y que casi termina a las piñas con Sebastián Verón.
Una vez que terminó la ceremonia religiosa, el Diez se acercó a saludarlo, le entregó una camiseta autografiada y charló largo y tendido con él. Tras el encuentro dijo: “El Papa Francisco es más grande que Maradona”.