Le costó. Y mucho. Se le hizo difícil a Estudiantes y especialmente a Guido Carrillo, quien había tenido poca participación activa ante Racing hasta ese minuto 10 del segundo tiempo. Sin embargo, el killer de Estudiantes lo hizo fácil en una baldosa: pese a la fractura de tabique nasal con la que eligió jugar, no le falló el olfato para moverse con inteligencia y aprovechar un centro flotado de Edwuin Cetré para luego definió ante la salida de Facundo Cambeses.
La sequía así se terminó para Carrillo: el #9 no marcaba por un torneo de liga desde el 4 de diciembre de 2024: su último grito había sido precisamente frente a Racing en el Cilindro, el cuarto de la a la postre agónica victoria 5-4.
En el medio, 18 encuentros completos –y tres goles: uno en el Trofeo de Campeones y dos por Libertadores– y una lesión grave que le demandó dos meses de rehabilitación a su gemelo derecho. Un músculo que sintió el desgaste en Avellaneda.
Un dolor que causa preocupación
Cinco minutos después del remate cruzado que no le dejó oportunidades al arquero de Racing, mientras Román Gómez se disponía a sacar un lateral en ataque, Carrillo alzó las manos y se echó al piso.
Automáticamente pidió el cambio, se bajó la media derecha y entendió que su partido estaba terminado. “Se me cargó”, le confió a un futbolista rival, segundos antes de ser reemplazado por Facundo Farías.
Y, si bien de por sí Carrillo deberá estar unos días en reposo por la cirugía en la nariz para tratar la fractura de tabique que sufrió contra Huracán, en Estudiantes esperan que esa “carga” no se traduzca en algo más grave. Por lo pronto, se aguardará por la evolución para conocer si es necesario realizarle estudios al centrodelantero.
La historia clínica de Carrillo marca que el hombre de Magdalena sufrió un desgarro grave en la pierna derecha en el encuentro de octavos de final del Apertura. Que por ello debió estar cincuenta días sin hacer fútbol formal y que su regreso a las canchas se dio dos meses después de su baja, por la Supercopa Internacional, el 8 de julio (0-2).
Por eso, más allá de la intervención obligada en la nariz, con dos semanas por delante antes del mano a mano ante Cerro Porteño por los octavos de la Libertadores, Eduardo Domínguez estará atento a cómo siga Guido. Con una tranquilidad: el gol en el plano doméstico volvió.