A más de dos siglos de aquella Revolución de Mayo de 1810, todavía quedan historias sin narrar, hechos dejados de lado y personajes olvidados en el tiempo. Con un sinfín de interrogantes, curiosidades, mitos y relatos, el punto de partida sigue siendo el mismo: la construcción de una Nación independiente.
Ese fue el punto de partida. Allí comenzó la historia de liberación de un pueblo -como tantos otros- sometido por la monarquía española. Mauricio Piñero, profesor de Historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), habló con Infocielo y mencionó varios aspectos que fueron dejados de lado y no se mencionan en las escuelas primarias y secundarias de nuestro país.
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“La historiografía sobre la Revolución de Mayo sigue siendo blanca, criolla, y fue dejando de lado a los sectores populares, sobre todo a los pardos, afro rioplatenses e indígenas, que parece que no hubiesen participado de la Semana de Mayo“, comentó Piñero, en referencia a los sectores sociales que tuvieron gran participación en lo ocurrido y que no son mencionados en varios libros, ni en las escuelas.
Pero para conocer la historia sobre aquel famoso día, tenemos que partir desde un hecho ocurrido a miles de kilómetros de distancia, un suceso que nada tenía que ver con nuestro territorio, pero que fue fundamental para lo que sucedería dos años después. Todo comenzó con la detención del -hasta ese momento- rey de España, Fernando VII, quien fue sometido por Napoleón Bonaparte en 1808. Con la corona española sin un rey en funciones, se generó una crisis en todo el gobierno real español que se derramó a lo largo y ancho de Hispanoamérica, incluido por supuesto, Buenos Aires, entonces capital del Virreinato del Rio de la Plata.
Esto provocó, más allá de un claro desorden político, que se haya instalado en el virreinato la sensación de que España ya no podía defender la región de las amenazas externas, y, como contrapartida, se consolidó una fuerza de milicias, lo que le daba la posibilidad a Buenos Aires de poder defenderse con fuerzas propias. Esto siguió consolidándose hasta 1810, siendo uno de los causales de los sucesos de mayo, ya que se comenzó a hablar de una idea de cambio, de liberación y soberanía.
Otro antecedente importante que destaca el historiador Mauricio Piñero, son las invasiones inglesas de 1806 y 1807, donde la Buenos Aires colonial resiste la invasión del imperio más poderoso de aquel entonces. “Ante esta situación, el virrey Sobremonte escapa a Córdoba ganándose el repudio popular, y desde ese momento se comenzaron a formar milicias de diferentes composiciones, desde españoles residentes hasta batallones de pardos morenos, e incluso de grupos indígenas”, afirmó.
El 22 de mayo de 1810 llegaron más noticias de la caída del imperio español frente a las tropas napoleónicas, por lo que se convoca a un cabildo abierto. Esto va a iniciar con el movimiento que deriva en el primer gobierno patrio.
¿Quién componía el cabildo abierto? “El pueblo no tenia lugar ni voz en esa deliberación“, comentó Mauricio. Entre los presentes se encontraban funcionarios, magistrado, sacerdotes, oficiales del ejército, milicias y vecinos reconocidos de la ciudad. “De un total de 251 participantes, 69 votaron por la permanencia del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, mientras la otra gran mayoría se inclinó por la destitución del representante de la corona”, destacó.
El resto de la historia ya se conoce: después de varios días de intensas jornadas deliberativas, el 25 de mayo de 1810 el virrey Cisneros, representante de la monarquía española, fue reemplazado por la Primera Junta, compuesta por el presidente Cornelio Saavedra, los secretarios Juan José Paso y Mariano Moreno, y por los vocales Manuel Alberti, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Miguel de Azcuénaga, Domingo Matheu y Juan Larrea.
¿Qué hechos no nos cuentan en las escuelas?
Piñero, justamente profesor de Historia en la Escuela de Educación Secundaria Nº 4 “Ernesto Che Guevara” de Berisso, comentó que algo de lo que no se habla en las escuelas tiene que ver con que “la ciudad era una sociedad de castas: en la parte superior de esta pirámide estaban los blancos. En un escalón inferior –y sin chances de ascender- estaban los mestizos, los pardos, los indígenas, y por supuesto un numero importante de esclavos africanos“.
El concepto político de división social que trae el profesor de historia está hoy -212 años después- en el discurso de la política actual porque lo introduce en sus exposiciones el emergente de la derecha liberal Javier Milei. “Eso era una verdadera sociedad dividida en castas que no tenían chances ni oportunidades de moverse del lugar que les tocó al nacer”. Lo que plantea hoy el líder de los libertarios no tiene relación con la estratificación social que regía la vida ciudadana a principios del Siglo XIX.
Además, sostuvo que un dato fundamental que no se tiene en cuenta es que “muchos criollos revolucionarios no querían saber nada sobre el ejemplo de igualitarismo que proponían los esclavos negros en Haití”, en referencia al contexto revolucionario que se impuso en la isla caribeña en 1804 y que derivó en el primer gobierno dirigido por un ciudadano negro de la historia. “Eso se ocultó muchísimo tiempo en la historiografía, no solo del Rio de La Plata sino en gran parte de Hispanoamérica. En el Rio de la Plata no querían que todo terminara en un gobierno conducido por dirigentes locales, con un mestizo o un indoamericano en el vértice del poder”, finalizó.
Además, otro punto fundamental dejado de lado tiene que ver con el rol de las mujeres, ya que “no se habla nada sobre su participación en la revolución de mayo y fue muy ninguneada”. El profesor de Historia puso como ejemplo a María Remedios del Valle, una argentina de origen africano nacida en Buenos Aires a fines del siglo XVIII, un personaje que casi no se menciona en las escuelas.
“Cabe destacar su condición de mujer y de descendiente de africanos, que la llevo a enfrentar desde muy pequeña los prejuicios y las limitaciones de la época y también de los primeros tiempos revolucionarios e independentistas”, sostiene Piñero. Esta mujer, ya desde los inicios del siglo XIX, sirvió como enfermera en la invasión de las tropas inglesas de 1807 para auxiliar a quienes defendieron Buenos Aires, y más adelante, tomó las armas y se enlistó para combatir en diferentes batallas por la independencia de la naciente patria argentina.
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