En la Provincia de Buenos Aires, el déficit habitacional afecta a más de 2 millones de núcleos familiares. Sobre esta estimación, se calcula que la mitad sufre la falta de viviendas y la otra mitad no tiene acceso a los servicios básicos. El déficit habitacional es un problema histórico y pareciera que el Estado está corriéndolo desde muy atrás. En este escenario, la bioconstrucción podría ofrecer una alternativa.
El cabildo, la muralla china, los ranchos y las pulperías. Todas estas construcciones antiguas utilizaron materiales naturales (barro, madera, piedra, paja). En los últimos 200 años, sin embargo, el cemento dominó casi por completo la industria de la construcción, pero a partir del siglo XXI se comenzó a cuestionar ese modelo de la mano de la ecología.
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“La tierra era un buen material, tiene muchos beneficios, pero una vez que aparece el cemento y en Argentina se instaura la apuesta económica, se prohíbe la construcción con tierra”, cuenta Mariana López, presidenta de la Cooperativa Caminantes. Hace 8 años la especialista en diseño de interiores fundó este proyecto junto a una decena de compañeros de la ONG Estación Permacultural en Mar del Plata. En menos de diez años, la cooperativa duplicó sus integrantes y acaba de formar parte de la construcción de la primera escuela pública sustentable de Chile.
Caminantes se dedica al diseño, la dirección y ejecución de obras basadas en la bioconstrucción y la arquitectura bioclimática. Esto implica utilizar materiales naturales, reciclar los residuos que generan las viviendas y autoabastecerse de electricidad. “Según el clima, donde esté situada la vivienda y las condiciones que tenga utilizamos materiales que tengan más captación de calor o más aislación”, explica López y agrega: “no enviamos deshechos a ningún sitio. Si no que los tratamos y se vuelven a utilizar”.
En el 2016, desde la cooperativa lograron que el Concejo Deliberante de General Pueyrredón apruebe una Ordenanza para permitir y regular esta técnica de construcción. Según un relevamiento hecho en 2020 por la Red Pro Tierra Argentina, solo 11 municipios bonaerenses han legislado al respecto(Villarino, Tornquist, Tigre, Tandil, Pergamino, Olavarría, Marcos Paz, General Pueyrredón, General Alvarado, Coronel Suárez y Ayacucho). “Desde los municipios, los planes de construcción tienen que tener otros requisitos cada vez más ajustados a esto: el derroche, el consumo, la huella de carbono”, propone la diseñadora marplatense.
Viviendas que no requieren red cloacal y que se autoabastecen de energía son una respuesta posible a una infraestructura de servicios básicos insuficiente. Su rápida construcción también puede colaborar para mitigar el déficit habitacional histórico de la Provincia y el país. “La arquitectura en tierra en Argentina la tenemos mucho más vinculada con el rancho, la pobreza, la vinchuca, pero a nivel mundial, ahora mismo, está siendo una vanguardia por los requerimientos para bajar la huella de carbono y las normas de sustentabilidad”, asegura Mariana.
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