ADMINISTRACIÓN TURBULENTA

La gota que rebalsó el vaso: La polémica gestión de Diana Mondino como canciller

La reciente decisión de Javier Milei de destituir a Diana Mondino como canciller de Argentina tras el voto a favor de Cuba en la Asamblea General de la ONU marcó el que probablemente haya sido el último capítulo de una serie de controversias que rodearon a la funcionaria a lo largo del año.

La votación, en la que Argentina se alineó con 187 países para rechazar el embargo de Estados Unidos a Cuba, fue interpretada como la gota que rebalsó el vaso de tensiones internas en el gobierno. Sin embargo, su mandato ya había estado plagado de declaraciones y decisiones que generaron revuelo en el ámbito político y social.

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Una por una, las perlitas de Mondino a cargo de Cancillería.

En marzo, Mondino causó un fuerte revuelo durante su participación en el programa de Mirtha Legrand, donde cuestionó la validez de otorgar créditos a jubilados, sugiriendo que, al ser mayores, “se van a morir”. Su comentario provocó incomodidad en la mesa, y la conductora Legrand respondió con un toque de humor, manifestando su deseo de vivir muchos años más. Esta declaración fue interpretada como una falta de sensibilidad hacia un grupo vulnerable y de los más golpeados por la crisis.

Primeros conflictos internacionales

En mayo, Mondino intentó restarle importancia a un incidente diplomático con España, después de que Javier Milei llamara “corrupta” a la esposa del presidente Pedro Sánchez. La canciller argentina argumentó que se trataba de una “anécdota” y que no debería afectar las relaciones bilaterales. Sin embargo, la situación se complicó cuando España decidió retirar a su embajadora de Argentina.

También en mayo, Mondino fue criticada por sus comentarios sobre la presencia militar en la base china en Argentina. Su declaración, “En la base china nadie identificó que hubiera personal militar. Son todos chinos, son todos iguales”, suscitó un amplio debate sobre su capacidad para manejar las relaciones diplomáticas con un país tan estratégico como China. La frase fue vista como despectiva y poco diplomática para con una nación con la que Javier Milei ya había tenido entre dichos por tratar de “comunistas”.

Las Islas Malvinas, un tema sensible que Mondino nunca entendió

A finales de septiembre, la ministra enfrentó una denuncia penal relacionada con un acuerdo que restablecía vuelos semanales a las Islas Malvinas, firmado junto a su homólogo británico, David Lammy. La abogada Valeria Carreras acusó a Mondino de “incumplimiento de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad”, argumentando que el acuerdo, basado en el repudiado comunicado “Foradori-Duncan”, debería haber sido sometido a la aprobación del Congreso. Esta decisión tuvo repercusiones incluso dentro del propio gobierno libertario. La vicepresidenta Victoria Villarruel se desmarcó rápidamente del hecho, repudiando la decisión y asegurando que era “contraria a los intereses de la Nación”.

Hace una semana, el Gobierno Nacional se vio envuelta en otra polémica al referirse a las Islas Malvinas como “Falklands” en un comunicado oficial tras una reunión de Mondino con Gilles Carbonier, vicepresidente del Comité Internacional de la Cruz Roja. A pesar de que el documento fue retirado de la página web del Gobierno casi 24 horas después, las críticas no se hicieron esperar, relevando un cruce de responsabilidades entre los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores. Si bien luego Luis Petri, titular de la cartera de Defensa, asumió la responsabilidad de su área en el tema, ya desde entonces se especuló con que podría ser una jugada política con el único fin de que Mondino no cargara con una polémica más, aunque poco duró la ayuda.

Los controversiales comentarios sobre Malvinas ya habían estado presentes incluso antes de que Mondino llegue a Cancillería. Después de las PASO pero antes de las elecciones generales de octubre, en una entrevista, generó polémica al referirse a los kelpers, sugiriendo que, desde su punto de vista, tenían "los mismos derechos que cualquier habitante argentino". A pesar de sus intentos de aclarar sus comentarios sobre la autodeterminación de los isleños, sus palabras fueron vistas como una debilidad en la defensa de la soberanía argentina.

Está claro que la gestión de Diana Mondino como canciller se vio marcada por una serie de declaraciones desafortunadas y decisiones cuestionables que pusieron en tela de juicio constantemente su capacidad para representar los intereses de Argentina en el ámbito internacional. La reciente destitución, a raíz de la votación en la ONU, podría ser solo el último capítulo de un año turbulento, en el que la funcionaria debió que lidiar con críticas tanto en el interior como en el exterior del país.

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