Hay miles de historias y mitos sobre la llegada de Carlos Salvador Bilardo a la Selección Argentina, uno de ellas habla de una convocatoria abierta que realizó la AFA presidida por un joven Julio Humberto Grondona que termino anonadado por la presentación del Narigón que venía de campeonar con Estudiantes. El nacido en Paternal sabía perfectamente que tenía a Maradona a disposición y desde el primer día planificó la gloria.
La cita acumuló técnicos de todas las tallas como Carlos Timoteo Griguol y el Zurdo López que tenían un perfil que le agradaba al Jefe para la sucesión del Flaco César Luis Menotti que había conseguido el primer título mundial de la Selección en el 78´y que se despidió tras la pronta eliminación en el Mundial de España 82´, el primero de un tal Diego Maradona. Los que recuerdan aquellos tiempos dicen que la exposición de Bilardo estuvo por fuera de lo conocido: la cantidad de planillas, anotaciones, descripciones minuciosas hicieron que en principio la mesa directiva se lo tome casi en sorna y que a las horas Grondona no tuvo dudas que alguien con tal determinación debía conducir a la Selección Argentina nuevamente a la gloria.
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La llegada del “Doctor” fue una sorpresa más allá de su ganadora carrera como futbolista y como entrenador, la guerra de ideologías bilardistas y menotistas que divide aún en día al mundo futbolero recién comenzaba y nadie, ni Julio Grondona, ni el pueblo argentino, ni el periodismo, ni el propio Bilardo se imaginaban todo lo que iba a suceder
Horas después de su rúbrica comienza a recorrer Europa para ver de cerca a quienes iban a ser sus jugadores en México 86´y hace pública su decisión de darle la cinta de capitán a Diego Armando Maradona a quien también calificó como “único titular indiscutido”. Pese a la expectativa que generaba la aparición de Maradona nadie se imaginaba que llegaría a ser una leyenda, pero Bilardo no tuvo dudas con él, y el tiempo le dio la razón.
En medio de un triste y recordada campaña de desmerecimiento y desestabilización por parte de una parte del periodismo deportivo aferrada al estilo de Menotti Bilardo tuvo que soportar criticas desmedidas desde el inicio y ponerle el pecho a su revolución táctica ya que fue el quien invento e impuso el sistema 3 – 5 -2 inconcebible por entonces para muchos
“Somos los primeros en llegar, porque seremos los últimos en irnos” dijo Bilardo en el arribo a México 86´ anticipando lo que iba a venir para aquel equipo que empezó a diseñar en su cabeza desde que se le presentó la posibilidad de ser el técnico de la celeste y blanca. Días después el estadio Azteca de México estallaba de alegría y en la cancha, en medio de la vuelta olímpica, se veía la bandera con una leyenda aún hoy recordada: “Perdón Bilardo”.
Después de los festejos Bilardo retomó el trabajo y se jugó entero para defender el título del mundo en Italia 90´ donde cayó en la final frente a Alemania en un mundial que en la previa tuvo muchísimas lesiones, inclusive la de Maradona, que hizo un sacrificio superlativo para jugar con el tobillo a la miseria. Pese a que el rendimiento del equipo fue regular jamás se entregó y peleó con alma y vida cada juego dejando en claro lo que significa para Bilardo y sus jugadores defender el manto de la Selección.
Para la estadística vale decir que a la Selección Argentina la dirigió en 291 partidos oficiales, obteniendo 355 puntos y logrando el mayor porcentaje de efectividad de la historia de la Selección Nacional con el 61%.
El debut de Bilardo con la Selección
Bilardo inició su ciclo como DT de la Selección en 1983 en un partido amistoso ante Chile que terminó empatado 2-2. El encuentro se jugó en el Estadio Nacional de Santiago y los goles argentinos fueron marcados por Norberto Beto Alonso y Ricardo Gareca.
“Es el comienzo de un ciclo. No hay amistosos, hay que ganar siempre. Nunca es un partido más para mí”, fueron las primeras declaraciones del Doctor tras el empate ante Chile. Aquella noche, la Argentina de Bilardo formó con: Fillol; Arregui, Ruggeri, Trossero, Olarticoechea; Giusti, Marangoni, Burruchaga, Alonso; Calderón y Gareca. El primer partido oficial del ex Estudiantes de La Plata llegó unos meses después: el 10 de agosto de 1983, cuando empató 2-2 ante Ecuador, en Quito, en la apertura de la Copa América.