Después de 16 años en lo más alto del deporte Paula Pareto se decidió por el retiro para continuar con su aporte desde otro lugar tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Luego de las lágrimas tras caer en el repechaje por una medalla y de vuelta entre los suyos, la Peque habló de sus nuevos planes: ayudar a la Selección de Judo, continuar con su carrera médica y estar aún más cerca del proyecto solidario en el Hogar El Alba de Longchamps junto con Huella Saint -Gobain.
Con 13 medallas panamericanas (seis oros), tres en Panamericanos (un oro), tres en Mundiales (un oro) y dos en Juegos Olímpicos (oro en 2016 y bronce en 2008). Una nueva etapa comienza para Paula Pareto, vida pese a que, en los últimos días, mientras hacía la cuarentena en su casa, se la pudo ver entrenando como si fuera a disputar otro torneo.
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“Entrenar no voy a dejar de entrenar, pero ya no tanto judo, más que nada por el cansancio físico y las lesiones que fui acumulando en estos últimos años. Si me tengo que poner el kimono para ayudar a las chicas de la Selección, lo voy a hacer, sin un cargo, aunque me lo hayan propuesto… Pero ya sin la obligación de tener que entrenar para una competencia como antes”, señaló ya en su nueva vida.
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La nueva vida de Paula Pareto y la ayuda social
Sobre el duelo del retiro la judoca dijo: “Tengo tanto pendiente que no creo que extrañe (se ríe). Ojo, lo hablé con mi psicólogo, seguramente no será fácil y el duelo tendré que hacerlo, pero no tendré mucho tiempo libre para darme cuenta. Habrá un cambio de cosas que haré y hasta de estilo de vida, pero la carga horaria será igual o mayor que antes”
“Ahora será tiempo de dedicarme más a mi profesión, ahora que rendí Traumatología y Ortopedia y que me falta poco para terminar la residencia. Hacer más vida familiar porque entre mis obligaciones y, sobre todo la pandemia, he estado muy alejada. No quería arriesgar, en especial cuando me preparaba para torneos. Más liberada de la parte competitiva será momento de disfrutar de otra forma”, señaló la referente.
“El otro día me escribió un chico que nos regaló unos mates para Tokio porque había visto cuando hice un posteo del merendero Los Pepitos al que ayudaba Braian (Toledo) y ahora sigo yo, y se ofreció a mandarle golosinas y galletitas a Cristina, la dueña. Así pasa todo el tiempo: hay mucha gente que quiere ayudar en la vida y no sabe cómo. Y cuando se entera de alguna acción, se suma. Ahora, justamente, me llamó Karina, del Hogar El Alba en Longchamps, para ver si podíamos ayudar a un trasplante de uno de los chicos del lugar. En realidad, yo hago más de nexo, visibilizando situaciones o lugares para poder acercar a la gente que está dispuesta a dar una mano”, explicó la bonaerense.
“Lo de la Huella Saint-Gobain es la base de todo. Es un programa que ya lleva más de diez años con nosotros, los deportistas, como embajadores, buscando mejorar la infraestructura de los lugares, con sus materiales pero además con la capacitación de la gente que trabaja en cada uno. En este caso con el arreglo de los techos y las paredes de los edificios que tiene este hogar que, además de hogar de chicos, tiene una casa de la mujer para luchar contra la violencia de género. Pero, a la vez, parte de la huella que deja es abrir la puerta de la solidaridad y que otras personas o empresas se vayan sumando a la movida solidaria que tan importante es”
Nueva vida: Paula Pareto y su compromiso solidario tras el retiro
