Luego de su aproximación a Estudiantes, y un acuerdo que no prosperó, el magnate estadounidense, Foster Gillett, dejó su sello en Uruguay y se convirtió en propietario del Rampla Juniors, reconocido equipo de Montevideo con 111 años de historia. Los socios tomaron la decisión de que el club se convierta en una Sociedad Anónima Deportiva, pero el resultado no fue el esperado.
Desde su llegada en diciembre del 2024, con el equipo recién descendido a la Segunda División del fútbol uruguayo, se invirtieron más de 1.000.000 de dólares y se reforzó al plantel con las llegadas de Julio Buffarini, Lautaro Rinaldi, Diego Arismendi, Christian Tabó y Leandro Somoza como DT, quien ya fue despedido de su cargo tras 10 partidos dirigidos y cero triunfos.
Actualmente, el club se encuentra nuevamente en zona de descenso -ganó 3, empató 4 y perdió 12 en los 19 partidos que disputó- y registra una deuda con el plantel y los empleados del club de 90.000 dólares. Si ese monto no es abonado antes de este viernes 8 de agosto, el club podría perder la categoría y bajar a la Tercera División, algo que no le ocurrió en toda su historia.
Humberto Grondona, Directo Deportivo del Club, dijo hace apenas unos días: “Hay contratos y no se tienen que hacer los giles. Mintieron diciendo que iban a armar un plantel para campeonar y ahora hay que reforzar para no pelear el descenso. Aparece uno con la gallina de los huevos de oro y se quieren robar los huevos”, opinó respecto a la situación actual del club, por demás complicada.