Extrañamos tanto al Negro Fontanarrosa. Emblema de lo popular, sutil a la hora de captar el alma de las que cosas de las que gusta el pueblo, maestro de la ironía y la paradoja. Mientras escribo éste texto se me ocurre emparentarlo con otra persona, de la que ya hablamos aquí, y a la que le cabrían los mismos adjetivos: Pedro Saborido. Pero volvamos al Negro… autor de un par de docenas de libros, si sumamos sus cuentos, novelas y las historietas gráficas.
Hoy nos queremos dedicar a recomendar una de sus creaciones gráficas, que apareció por primera vez en 1972 en la revista Hortensia, cuando Fontanarrosa tenía menos de 30 años. Se trata de “Boogie, el aceitoso” quien junto a “Inodoro Pereyra, el renegau”, que también apareció en 1972, constituyen los dos personajes de historieta más influyentes de Fontanarrosa. El “Inodoro” era un personaje costumbrista, gauchesco, más fácil de aceptar, tanto que se publicó en el Diario Clarín durante años, pero Boogie…como veremos más adelante, era demasiado políticamente incorrecto y, además, hay gente que no comprende las ironías.
Centrémonos en Boogie…
“Un asesino a sueldo, un vividor: mercenario sin piedad, que por dinero hace lo que le digan, sin pensarlo dos veces. Dice su biografía que nació en alguna parte de Estados Unidos y que estuvo en la guerra del Vietnam. Dice también que allí, en medio del napalm y el Vietcong, se hizo experto en el manejo de todas las armas posibles. Sus valores prioritarios son él mismo y sus propios placeres, es machista, maltratador, racista, homofóbico, torturador…”, así lo describe su creador.
Nadie menos simpático: el Boogie de Fontanarrosa
Fontanarrosa publicó 12 libros de “Boogie, el aceitoso” entre los años 1974 y 1995 y finalmente, en 2003, apareció “Todo Boogie”, una recopilación general del personaje, con más de 600 páginas y en tapa dura.
Como adelantamos, no siempre fue bien comprendido. Si bien pasó por la revista Hortensia, Humor, Fierro y La Maga, no tuvo el mismo acceso que Inodoro Pereyra a los grandes diarios, sin dudas motivado por su terrible incorrección política. El propio Negro cuenta que en Colombia Boogie comenzó a publicarse en el diario El Tiempo de Bogotá: “se publicaba en el cuerpo del diario, y hubo muchas cartas cuestionando al personaje y la apología de la violencia, que algunos creían que lo emparentaba con los sicarios. Pero las cartas más inquietantes eran las que apoyaban al personaje, de parte de gente que no captaba ni la parodia ni la ironía en lo que dice Boogie”.
Carajo, hay que tener estómago para enviar cartas apoyando a Boogie. Menos mal que no se publica en éstos tiempos de Argentina…
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“¿A quién odias más, a tu papá o a tu mamá?” – pregunta Boogie a un niño de unos 6 o 7 años en el primer recuadro de una viñeta.
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“A los dos igual, para que ninguno se sienta disminuído, dijo mi psicólogo” – responde el niño.
Boogie aparece en el recuadro final reflexionando: “La información de los niños de hoy me asusta. Más no creo que sean felices como en mi época, que quemábamos gatos con napalm. Éramos simples”.
Boogie también tuvo una película de animación, que llevó su nombre. Fue realizada en el 2009 por el director Gustavo Cova, y Pablo Echarri le puso su voz al protagonista. No tuvo demasiadas repercusiones. Pueden verla completa en YouTube.
Inolvidable: Fontanarrosa en el Congreso de la Lengua
Ya que estamos hablando de videos, finalizamos con otra recomendación: escuchar al genial creador de Boogie en la conferencia que brindó durante el III Congreso de la Lengua, realizado en Rosario, ciudad natal del Negro. Los organizadores invitaron a conferenciar a uno de los rosarinos más famosos (compite con el Che Guevara y Leo Messi, nada menos). Fontanarrosa se despachó allí con su célebre discurso a favor de las malas palabras. “¿Por qué son malas, las malas palabras?”, planteó ant un importante número de académicos. “Hay palabras, de las denominadas malas palabras, que son irremplazables. Por sonoridad, por fuerza, algunas incluso por contextura física de la palabra. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza, que decir que es un pelotudo”, graficó.
La conferencia completa, apenas 16 minutos, incluye una explicación de las limitaciones expresivas de la Revolución Cubana por la poca expresividad con que los cubanos dicen “mierda”, combina la profunda reflexión sobre el idioma y sus usos con el humor que siempre lo caracterizó.
Con la incorrección de Boogie y el llamado a defender a las malas palabras de su autor, nos despedimos hasta la próxima semana!!!