Las tareas de cuidado son todas las actividades que son indispensables para satisfacer las necesidades básicas de las personas. Incluyen el autocuidado, las tareas domésticas y el cuidado de otras personas como niños, niñas, adolescentes, personas mayores o que presenten alguna discapacidad. Son indispensables y, dentro de la división del trabajo del capitalismo industrial se vieron feminizadas, no reconocidas y pocas veces (y poco) remuneradas.
Según le antropólogue Popy (utiliza pronombres neutros), esto “tiene que ver con la construcción patriarcal y capitalista del concepto de amor. En nombre del amor se hacen un montón de cosas ‘desinteresadamente’ y en esta construcción del amor y de la mujer como un sujeto amoroso y amable, cómo se nos asignan, se nos exigen y demandan montones de trabajos que tienen que ver con las tareas de cuidado, de mantenimiento del hogar, con la crianza, la educación”, contó a Infocielo.
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Según el informe que presentó La Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género en septiembre del 2020, las tareas de cuidado representan “un 15,9% del PIB”. El aporte equivale a $ 4.001.047 millones de pesos, siendo mayor al de la industria, que aporta $3.324.163 millones al PIB, y al Comercio, que representa $3.267.584 millones.
El problema, afirmó Popy, está en pensar que siempre hay una sola persona que cuida en el nombre del amor. “En nombre del amor tenemos que pasar horas y horas y días y meses y años de nuestras vidas trabajando gratis en términos económicos, pero nadie cuida a las personas que cuidamos”.
Las estadísticas muestran que quienes cuidan son proporcionalmente las mujeres. El informe revela que en Argentina el conjunto de las mujeres dedican más de 96 millones de horas diarias a estas tareas, sin remuneración. En contraparte, el costo de cuidar es la reducción de horas de tiempo para dedicar a otras actividades como la formación o el trabajo remunerado.
En cantidad de horas las tareas de cuidado representan otra jornada laboral es la que nosotras que promedia 6.4 horas al día. Pero además, a esto se le suma la carga mental y todas las otras actividades complementarias al cuidado, que también son cuidado.
“Seguimos cuidando aunque nuestres hijes aunque estén en la Escuela, porque igual nos tenemos que ocupar de que coman, que vayan, que vuelvan, de las cosas que exige la Escuela. Incluso cuando no están con nosotres les estamos cuidando” explicó.
¿Se puede calcular el cuidado?
Como detalló le antropólogue, calcular las horas que las personas que cuidan dedican a estas tareas, es compleja porque tiene que ver con entramados sociales en donde se puede entender que las mujeres continúan cuidando aún cuando no lo estén haciendo en ese preciso momento. Tiene que ver con cómo se cría y se educa, pero también con cómo se responsabiliza, señala y culpabiliza a madres, mujeres y personas feminizadas de los roles de cuidado.
Aún en la imposibilidad de calcular el tiempo de carga mental o las horas de tareas complementarias al cuidado, la Dirección de Economía, Igualdad y Género (DNEIyG) del Ministerio de Economía de la Nación crearon una calculadora online de tareas domésticas y de cuidado. El objetivo es generar conciencia sobre el esfuerzo en tiempo y dinero que significa este trabajo, en particular para las mujeres.
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