Desde 1999, cada primer viernes de octubre se festeja el Día Mundial de la Sonrisa, una fecha que tiene como fin llevar alegría a quienes nos rodean. ¿Cuál es el origen de esta efeméride?
Esta celebración nació por iniciativa de Harvey Ball, un artista estadounidense que creó del símbolo iconográfico Smiley Face o Carita Feliz. La creación surgió en 1963, cuando Jack Adam, vicepresidente de una compañía de seguros, le encargó a Ball una ilustración que alegrar a todos los trabajadores de su empresa.
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El objetivo de esta celebración es ni más ni menos que vivir una jornada atravesada por la felicidad y contagiar a otros con este sentimiento. Entre los diversos beneficios, al sonreír el cuerpo libera endorfinas y serotoninas, dos hormonas indispensables para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
Además de los aspectos positivos para nuestro físico, brindar sonrisas nos permite conectarnos con otros de una forma amable a pesar de no conocernos. A su vez, es uno de los pocos gestos universales que traspasan las barreras culturales.
Día Mundial de la Sonrisa: ¿Quién fue Harvey Ball?
Harvey Ball nació el 10 de julio de 1921 en Massachusetts. Luego de graduarse en el Worcester South High School, se convirtió en aprendiz de un pintor local de carteles. Después comenzó a estudiar Bellas Artes en la Escuela del Museo de Arte de Worcester.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el artista sirvió en Asia y el Pacífico y recibió la Estrella de Bronce por heroísmo durante la Batalla de Okinawa. Tras la guerra, Ball comenzó a trabajar en una empresa de publicidad y, 1959, creó su propia compañía, Harvey Ball Advertising.
En 1963, la Compañía de Seguros de Vida Mutua del Estado de Worcester y la Compañía de Seguros Mutua de Garantía de Ohio se funcionaron. Sin embargo, esta medida provocó un malestar en los empleados. Por ello, la directora de promociones, Joy Young, le solicitó a Ball la creación de un ícono visual para acompañar una “campaña de amistad”.
Fue así que el artista creó un pin con una carita sonriente sobre un fondo amarillo brillante. Aunque en principio solo se realizaron 100 copias para los empleados, los clientes comenzaron a solicitarlo y alcanzó las 10.000 unidades. El fanatismo por la Smiley Face fue tal que se convirtió en una moda nacional que duró casi dos años antes de alcanzar su máximo éxito en 1972.
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