Juan Pérez es uno de los impulsores de la cooperativa de cartoneros “Viento en Contra” de Olavarría. Con su tono amable y sereno, nos recibe en un galpón de acopio, ubicado en calle Bolívar al 900, en uno de los barrios alejados de la localidad bonaerense. Ya está avanzada la tarde. A nuestro alrededor, tres recicladores van de un lado para otro y realizan un sinfín de tareas: clasifican y rotulan materiales, acarrean bolsones o prensan botellas plásticas y cartones. El entusiasmo es sostenido, pese a que ya se acerca el final de una larga jornada.
“Veíamos como una injusticia social que no fuesen reconocidos como trabajadores”, confiesa en el comienzo de la charla con Infocielo.
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La cooperativa nació en el 2018 y fue ideada por integrantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). Los comienzos no fueron fáciles. Hubo que superar la incredulidad inicial de decenas de personas, que toda su vida “cartonearon” de forma individual y nunca recibieron ayuda de nadie.
Las primeras charlas se dieron en la denominada cava de la Virgen de La Loma, un basural a cielo abierto que funcionó tiempo atrás en las afueras de la ciudad: “Salimos a la calle a hablar con los cartoneros que nos íbamos encontrando para contarles que había otra forma de organizar el trabajo que si o si tenía que mejorarles el bolsillo” recuerda Juan.
“Lo que busca la cooperativa es organizar el trabajo colectivo de cartoneros y cartoneras que han laburado en la informalidad durante toda su vida. Hay dos aspectos centrales que actualmente están en discusión: qué mundo queremos, lo ambiental y esta situación de los trabajadores que no son reconocidos como tales y que nosotros decimos son los nuevos descamisados. Trabajadores que como aquellos de la década del 40’ no tenían ningún derecho y que surgen como un actor político dentro de un contexto de reivindicación” describe.
Hacia un trabajo colectivo
Gracias a la organización colectiva del trabajo, la cooperativa “Viento en Contra” pudo adquirir herramientas, mejorar los volúmenes de producción y abrir nuevos circuitos de comercialización.
“Una forma de nuclear el trabajo es que se pueda colectivizar lo que hace cada uno y sus humildes medios de producción, como un carrito o una bicicleta, y que puedan ir acopiando sus materiales en un galpón. No es lo mismo vender solo a un intermediario local que pone un precio y no hay forma de negociarlo. Ya con eso solo, si nos hubiésemos quedado con la comercialización local, hubiéramos mejorado el precio porque tuvimos ofertas de los intermediarios” destaca Juan Pérez.
Y en este sentido agrega: “Si además tenés una prensa y una balanza, algo que parece una pavada pero es una herramienta fundamental para que los compañeros sepan lo que traen, porque una de las cosas es que cuando le venden al intermediario la balanza puede estar trucada y hay una diferencia. Es fundamental tener estas tres herramientas de trabajo: la prensa, la balanza y el galpón. Pero antes tenés que tener convencida a la gente” subraya.
Sobre la estructura de la organización, la cooperativa tiene dos vertientes : “Una es la organización social, política y sindical que es el Movimiento de Trabajadores Excluidos y la exclusivamente sindical que es la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCYR) que es con la que comercializamos. Las cooperativas que estamos incluidas en la Federación hacemos una venta colectiva a las fábricas. Lo de Olavarría va a una cooperativa en Barracas y desde allí se clasifica de vuelta por material enfardado y se lleva a las fábricas. Viene el camión de la Federación y carga los materiales a un precio más elevado sobre todo el PET que debe ser un 250% más, el cartón un 40% y ya está incluido el descuento del flete”.
Además, en algunos casos, la cooperativa ayuda a sus integrantes a gestionarse el salario social complementario.
La basura en Olavarría
De acuerdo a los datos con los que cuenta la cooperativa “Viento en Contra” en Olavarría se generan más de 100 toneladas de basura por día. De ese material, solo unas 20 toneladas son reciclables.
“En la cooperativa por día se llega a procesar unos 2 mil kilos. El 5% de lo reciclable en Olavarría se trabaja en la Cooperativa. Eso es cartón, papel de diferentes tipos, plásticos sobre todo envases de bebidas y de elementos de limpieza” precisa Juan Pérez.
En cuanto al origen del material, este proviene de cuatro fuentes: “Lo que traen los recuperadores urbanos, aquello que llega voluntariamente de la separación de vecinos, lo que traen los grandes generadores como comercios e industrias y lo que ingresa por el programa Ecosoñarte – la cooperativa obtuvo la licitación- una política pública municipal que busca que la gente separe en origen y lleve los residuos a los contenedores que separen para disminuir el impacto en el relleno sanitario”.
La polémica con el Municipio y la fundación McKinsey
Meses atrás el Municipio de Olavarría que conduce el intendente Ezequiel Galli (Juntos por el Cambio) presentó el programa de Gestión Integral de Residuos Olavarría (GIRO) con el fin de “recuperar deshechos y construir un sistema de reciclaje sustentable, inclusivo y económicamente sostenible”.
Sin embargo desde la cooperativa “Viento en Contra” y la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores consideraron que el Programa “es una mentira desde cualquier aspecto que se lo mire” y apuntaron a los negocios que tuvo McKinsey en la ciudad de Buenos Aires durante el macrismo: “Es una pata de una consultora multinacional que es la más importante en términos de lobby con otras empresas del mundo. Vienen con un discurso naif y quedó claro que lo que hacían en Buenos Aires era una fachada, solo tenían un galponcito donde acopiaban materiales” advirtió Juan Pérez.
Recordó que meses antes del anuncio, representantes de la Fundación “llegaron a la cooperativa a ver como es el funcionamiento y a proponer cuestiones como informes de trabajo, que tengamos otro tipo de maquinarias” y luego apuntó contra funcionarios municipales: “Quieren instalar que queremos sostener a los compañeros en los carritos precarizados y no, queremos romper con eso, pero primero hay que generar los recursos”. Además dijo que esos funcionarios luego les solicitaron “información sensible como precios, materiales que manejamos, lista de empleados que era todo para McKinsey”.
Por último cuestionó el destino de la basura en la Ciudad cuando se implemente el programa: “No está claro. Quieren reducir a la mitad la basura que va al relleno. Y si no hay una planta separadora de residuos esa otra mitad ¿dónde va? Si se quema, deja de tener valor. Lo único que tienen permiso para quemar las cementeras son neumáticos y acá no sé qué van a hacer” señaló.
¿Por qué el nombre de Viento en Contra?
“Es más simple la explicación. Surge en la Cava en la Virgen de La Loma porque a un compañero no le entienden mucho y dicen que habla viento en contra. Pero cuando ves el nombre en un logo donde se ve a una persona tirando de un carro decís esta persona enfrenta cualquier situación adversa para ganarse el pan. Es la resignificación de ese chiste en algo más simbólico y político” subrayó Juan Pérez.
Finalmente hizo un análisis de lo logrado hasta el momento: “Empezamos como actividad real a fines de marzo del año pasado y hay sabores de todo tipo. Pero sobretodo es que la calidad de vida de los compañeros y compañeras fue en crecimiento. Aumentaron sus ingresos considerablemente y se generan relaciones sociales que se van transformando en ese pasaje del trabajo individual al grupal y como se va gestando un buen ambiente de trabajo y por supuesto hay cuestiones aún a mejorar para una mejor organización y que se entienda el sentido de una cooperativa. Hay muchas voluntades que siguen apostando para estar mejor” concluyó.
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