Cada 13 de junio, mientras el almanaque marca la festividad de San Antonio de Padua, miles de personas recuerdan una tradición popular que va mucho más allá de la devoción religiosa: pedirle al santo que les consiga pareja.
En medio de velas, rezos y hasta pequeños rituales caseros, el “santo casamentero” se convierte por un día en cupido, psicólogo sentimental y gestor amoroso de fe.
San Antonio, originario de Portugal y fallecido en 1231, es uno de los santos más venerados de la Iglesia Católica. Aunque su fama religiosa está ligada a los sermones, los milagros y a ser patrono de las cosas perdidas, el pueblo le agregó una especialidad no oficial pero muy popular: conseguir pareja.
Desde hace siglos, quienes buscan amor (o estabilidad sentimental) lo invocan con fe, especialmente el 13 de junio, día de su conmemoración.
En la Argentina, esta costumbre se mezcla con el humor, la ironía y el folklore urbano. No faltan memes en redes sociales, oraciones adaptadas al siglo XXI y hasta velas con forma de corazón que se venden especialmente para la fecha.
Sin embargo, una referencia que marcó a fuego esta tradición en la cultura popular local es una vieja canción de cumbia que Alejandro Dolina solía cantar cuando elaboraba su personaje de “El sordo Gabcé”, a modo de broma recurrente, en su programa radial “La venganza será terrible”.
La canción dice así:
“Pedile a San Antonio que te MANDE un novio,
TODOS LOS DOMINGOS, TODOS LOS DOMINGOS”
Efectivamente, se trata de la cumbia titulada “Todos los domingos”, interpretada originalmente por bandas colombianas/fusión tropical. La letra completa aparece en la grabación de Los Wawanco. De la vieja escuela, de ritmo pegajoso y letra directa, en tono festivo y con picardía latinoamericana reforzaba esta idea de que San Antonio podía ser una suerte de celestino celestial.
Dolina la utilizaba en tono humorístico cada vez que se hablaba de relaciones, de esperanzas románticas o de los dramas sentimentales más comunes. Su repetición en el programa hizo que la canción se volviera parte del folclore radial argento, aún entre quienes jamás pisaron una iglesia.
¿SAN ANTONIO DADO VUELTA?
El culto popular llegó incluso a inspirar insólitos rituales caseros: hay quienes ponen la imagen de San Antonio patas para arriba, como amenaza simbólica para que “se apure” en conseguir pareja; otros le atan una cinta roja; y están los que rezan la famosa “novena de San Antonio”, una oración de nueve días en la que se pide por un buen amor.
En algunas provincias argentinas, todavía se celebran misas especiales para solteros el 13 de junio, con entrega de panes bendecidos —símbolo del milagro más famoso atribuido al santo— y bendiciones dirigidas a los corazones solitarios.
Más allá de la religión, la fecha se convirtió en una excusa para hablar de amor, deseo, compañía y hasta de soledad. En un mundo hiperconectado pero también plagado de vínculos líquidos y relaciones efímeras, la figura simpática de San Antonio aparece como un ancla emocional: alguien a quien pedirle algo que hoy parece más difícil que nunca… una relación sincera.
Así que si hoy te sentís con ganas de buscar el amor —o de reírte de la desesperación ajena—, prendé una vela, cantá la cumbia, o al menos mandale un mensajito a esa persona que te gusta. Que no se diga que no hiciste el intento. Y si no sabés qué decir, siempre podés empezar con un clásico (con la peineta y sin el solero colorado):
“Pedile a San Antonio que te mande un novio…”