ANÁLISIS BONAERENSE

Cristina Kirchner acelera el copamiento del PJ y Kicillof sigue en el freezer

Cristina Kirchner quiere conducir el PJ Nacional frente al inminente desbande. Sigue la guerra fría contra Axel Kicillof en las puertas del 17O.

El Peronismo a nivel nacional y en la provincia de Buenos Aires está en proceso de renovación de sus conducciones partidarias. Alberto Fernández no está más, y Cristina Kirchner se candidateó con un operativo clamor que ni siquiera disimuló su falta de espontaneidad.

Salieron intendentes y dirigentes en general a pedirle por favor que asumiera al frente del partido, un cargo que nunca jamás quiso y que casi diría que siempre desdeñó. Ahora que la Jefa dio el sí, juntan avales para demostrar que van en serio.

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Cristina cedió pero impuso condiciones: “voy, pero en unidad”. Traducido: voy si se bajan todos los demás. En la era del whatsapp y la hipercomunicación, ni siquiera se tomó el trabajo de avisar a los que ya estaban corriendo esa carrera cuáles eran sus planes.

¿Está bien querer ser ungido como autoridad partidaria y ni siquiera rosquear un poquito para fabricar consenso? ¿Es el camino reclamar unidad imponiendo condiciones? Cristina y La Cámpora, asociada a un puñado de dirigentes que cuando dejen de cobrar se van a enojar -como ocurrió tantas veces- armaron un clamor trucho y la pusieron como espada sobre las cabezas de todo el peronismo.

Una ducha, un clamor y mucha bronca

¿A quién ninguneó cristina? bueno, para empezar a Ricardo Quintela, el Gobernador de La Rioja, que primereó con la idea de presidir el PJ, apalancado en que es un tipo del interior, que le sirve la estructura para competirle a Martín Menem -que casi seguro será candidato a gobernador en 2027- y que pasa bajo el radar porque está al frente de un padrón de apenas 300 mil electores.

Desde finales de 2023, casi todo el peronismo peregrinó a La Rioja. Quintela reformó la constitución provincial y convidó a figuras de UXP. Se sacó fotos con dirigentes encumbrados y dirigentes de base. No fue a las redes ni se expuso en los medios. Siguió paso a paso los viejos manuales de construcción política. Ni así.

Sólo lo llamó cuando llegó a sus oídos el rumor del descontento. Quintela no atendió; tal vez devuelva el llamado el lunes. Tal vez ese destrato hizo que sólo la mitad de los PJ Provinciales -incluyendo el Bonaerense, que maneja su hijo- bancaran su candidatura.

El tema de las formas y los tiempos también le suma al Gobernador. El intendente de Laprida, Alfredo Fischer, pegó el faltazo a la cumbre que organizaron Máximo Kirchner y Alejandro Dichiara en Monte Hermoso. "Pichi" le explicó a INFOCIELO que desaprueba el trato que el presidente del PJ y su agrupación prodigan al Gobernador. Siguen las fugas por goteo desde la estructura de MK hacia la de AK.

El clamor -dicho sea de paso- golpeó también a Axel Kicillof, a quien ni siquiera le avisaron de la movida. “No es que Wado de Pedro salió de la ducha y dijo 'voy a pedir que Cristina se haga cargo del PJ'", bromeó una fuente al respecto. Estas cosas se arman para que parezcan espontáneas. Como fue el anuncio de la candidatura de Axel, en 2019, cuando por lo menos se le avisó a los demás interesados en el lugar.

El Gobernador solía hablar periódicamente con Cristina Kirchner para buscar consejo. Ese diálogo se cortó abruptamente hace aproximadamente tres semanas. ¿Empieza a calar todo esto en el ánimo del Gobernador? En la semana se lo vio movilizado durante el acto que encabezó en el Rectorado de la UNLP.

Esta interna sigue sin entenderse

Hay más para decir de este asunto: nadie entiende de qué va la interna. Hay que ponerse creativo para encontrar explicaciones. ¿Cristina se endurece para que Kicillof reclame y construya el liderazgo que la suceda? No es tan fácil porque La Cámpora le dice “no es frente a Cristina que te tenés que plantar”.

Otra posibilidad es la que barajó Juan José Amondarain en Parecemos Buenos Amigos. Planteó que los Kirchner tienen efectivamente una especie de tara, un complejo, que no son capaces de delegar el poder en nadie que no porte el apellido.

Amondarain señalaba el caso de Scioli, el de Massa y el de Alberto con el condimento de que, decía, lo que se buscaba era correrlo para que asuma CFK. También se podría mencionar a Randazzo, que acaba de renunciar al PJ. ¿Kicillof sigue ese camino?

Al Gobernador le quedan dos opciones: aguantar en el camino tortuoso que le proponen sus adversarios o regresar al pie. Por lo pronto, evitó sumarse al clamor. En cuatro días, el 17 de octubre, será único orador del acto que se organiza en Berisso por el Día de la Lealtad. ¿Pateará el tablero?

La lapicera, el bastón y los traidores

Cristina Kirchner reclama un control férreo de la lapicera con el instrumento del PJ Nacional. Lo hace porque está viendo dos cosas. Primero, cómo se desbandan algunos diputados cuando hay votaciones clave en el Congreso. Son diputados que responden a los gobernadores de Córdoba, Catamarca, Tucumán y Misiones, de convicciones volubles.

Son los lugares que reclamaron eventualmente esos gobernadores, siempre enojados con Cristina porque le impone nombres en las listas. CFK los ve actuar, piensa y dice: “esto, con los míos, no pasa”. Tiene razón: el peronismo de la provincia de Buenos Aires, por convicción o disciplina, no trapisondas en el congreso.

Lo otro que está viendo es que si permite una interna, lo más probable es que termine en escándalo. Como la de la UCR -cruzada por denuncias de fraude- pero amplificada. Se frotan las manos los jueces electorales, aunque con algunos se lleva bien.

Esta crisis del peronismo se amplifica con el advenimiento de la boleta única, que, como ya se explicó, desdobla de hecho la elección en la provincia de Buenos Aires. La forma en la que muestra las candidaturas rompe con el verticalismo partidario y atomiza la oferta electoral. La sensación es que va a potenciar todos estos vicios que está mostrando la política, especialmente en el congreso. Un cóctel a pedir de quien sea que gobierne. Ahora o en la próxima.

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