"Me pegaron como a una rata": Habló la víctima platense del ataque en el golf de Pinamar
Se llama Silvia Lopresti, y relató el ataque en el golf de Pinamar. Palazos, insultos clasistas y desprecio hacia Ostende reflejan un clima de odio creciente
Agredida brutalmente en el exclusivo club de golf de Pinamar, la víctima Silvia Alejandra Lopresti rompió el silencio tras el violento episodio. "Me pegaron como a una rata", aseguró en diálogo con Radio 10, mientras describía el ataque que sufrió por parte de una pareja que la golpeó con palos de golf e insultó con frases de tinte clasista y racista:
"Estoy haciéndome estudios porque no me siento bien. Tengo dolores en la cabeza y estoy mareada", explicó, todavía conmovida por lo sucedido
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Según relató, todo comenzó cuando unas pelotas de golf empezaron a dirigirse hacia donde estaba ella con una amiga, arrojadas deliberadamente por los agresores. Los insultos no tardaron en llegar: "Esto no es Ostende, negra rata. Vayan al conurbano a tomar mate", vociferaron los atacantes, de quienes, ahora, se supo su identidad.
Se trata de Celeste López y Mariano Girini, propietarios de una farmacia en Pinamar. Acto seguido, la golpearon con los palos, justificando su actitud con una frase que evidencia su sentido de pertenencia elitista: "Pagamos 50 mil dólares por estar acá".
Un ataque que expone un clima de época
Este episodio conmociona por su brutalidad, y además deja al descubierto un clima social que parece habilitar la violencia desde discursos clasistas y racistas. La agresión física y verbal dirigida a Lopresti no fue aislada: es apenas una muestra del desprecio habilitado hacia símbolos profundamente argentinos, como el mate, y hacia localidades contiguas como Ostende, vinculadas históricamente con una clase media, bastante menos "glamorosa" que sus vecinas Pinamar o Cariló.
En palabras de la víctima habitante de La Plata, "hace 20 años que tengo un dúplex en Pinamar, siempre me sentí bienvenida, pero ahora todo parece haber cambiado".
Lo que antes era un espacio de recreación se convirtió en escenario de una agresión que afectó su salud física, y que también dejó en evidencia cómo algunos sectores creen que su poder adquisitivo justifica el maltrato.
Racismo y clasismo en el epicentro bonaerense del lujo
El campo de golf de Pinamar, es un lugar asociado al estatus y la exclusividad. Ahora fue testigo de un episodio que pone de relieve la tensión entre quienes lo habitan.
El desprecio explícito hacia Ostende y el conurbano, así como la descalificación del mate como emblema cultural, solo profundidzan y brindan una visión que idealiza lo "europeo" y relega todo lo local a un lugar de inferioridad,
La violencia, en este caso, no es solo física: los insultos de los agresores encapsulan una narrativa de odio que encuentra legitimidad en un contexto donde el dinero y el lujo son herramientas para establecer jerarquías sociales.
Investigación en curso en Pinamar
La Unidad Fiscal de Instrucción Descentralizada (UFID) N°4 de Pinamar se encuentra a cargo de la investigación.
Mientras tanto, Lopresti impulsa una acción penal contra López y Girini, quienes no han dado aún declaraciones públicas al respecto. "Voy a seguir adelante con esto porque lo que hicieron no tiene justificación. Este lugar debería ser para relajarse, no para vivir algo así", concluyó la víctima.
El ataque en el golf de Pinamar no parece ser entonces solo un hecho de violencia personal, sino más bien un reflejo de tensiones más profundas en una sociedad donde las diferencias económicas y culturales estántcomenzando a ser terreno fértil para el odio de clases.
Una herida que, lejos de cerrarse, sigue expuesta en cada rincón donde el clasismo y el racismo encuentran lugar para manifestarse, con habilitación desde el poder y sus seguidores más acérrimos.
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