Andrés Yllana dejó un relato de vida en diálogo con CIELOSPORTS. Ya de vuelta en su país, contó que no fue nada fácil regresar a su tierra, y se mostró muy contento por las medidas que tomó el gobierno argentino.
Teniendo en cuenta esto, reflejó cómo se sintió: “Venís con esa sensación de que te estás escapando, por más que vos estés bien en donde estés, tu casa es tu casa y tu país es tu país. Creo que la clase política ha estado a la altura. No ha llegado lo peor, y la única manera de pararlo es que no haya gente en la calle, que no haya circulación de gente. En donde no le dieron bolilla y tomaron las decisiones de manera escalonada les fue peor”.
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A la hora de comenzar a contar cómo se inició su salida de Eslovenia, relató: “A todos los que estábamos afuera nos costó volver. Nosotros tuvimos que esperar hasta último momento que nos confirmen que íbamos a tener un período largo de inactividad. Esa misma noche llegamos al hotel y nos pusimos a buscar pasajes. Estaba bastante complicado. Salimos justo. Con Mauro (Camoranesi) salimos a las 6 de la tarde y a las 12 cerraron las fronteras”.
En este sentido, agregó: “Salimos de Eslovenia, nos fuimos a París, de ahí a San Pablo, en donde tuvimos una espera que se hizo bastante larga. Y después pudimos finalmente llegar a Buenos Aires. En Eslovenia no hay embajada, sino que la de Austria se utiliza para los dos países. Hablamos con ellos y estuvieron siempre atentos. También hablamos con la embajada en París y nos fueron avisando”.
Por otra parte, dio detalles de todo lo que hizo para evitar el contagio del Coronavirus: “Nosotros estábamos en un Hotel Casino y cada vez que venía un contingente chino no queríamos ni tocar el ascensor. Lamentablemente uno desde la ignorancia asociaba a la enfermedad con ese país, pero después caes en la cuenta. Es una sensación espantosa. Vine con barbijo, con anteojos, con guantes, tratando de cuidarse un poco dentro de lo que uno pudo leer. Cada vez que entraba al aeropuerto me lavaba las manos”.
Por último, se refirió a lo que se está viviendo en Italia, lugar donde le tocó estar: “Por el frío tres días por semana entrenábamos en Italia, y hacía casi un mes que no podíamos ir porque habían cerrado todos los centros deportivos para evitar las aglomeraciones de gente. Está lleno de gente de Italia que trabaja cerca y se cruza a Eslovenia porque es un poco más barato para comer. Así que es común la interacción”.
