Gimnasia volvió a la localía luego de la dura derrota en el Clásico Platense ante Estudiantes en UNO. Por la fecha 9 de la Liga Profesional, el equipo de Marcelo Méndez volvió a sufrir una nueva derrota y no levanta cabeza.
Las derrotas en los clásicos son siempre difíciles de asimilar, así como también se hace cuesta arriba afrontar el siguiente partido, y más aún cuando es en tu cancha y ante tu gente. Con la urgencia y la presión de salir a buscar los tres puntos, Gimnasia comenzó el partido como el hincha lo esperaba.
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El equipo de Marcelo Méndez comenzó mejor, muy activo en ataque y jugando en cancha rival. Tuvo varias oportunidades llegando por las bandas y algunos córners que podrían haber terminado en algo más. Sin embargo, la intensidad que mostró el Lobo fue mermando con el correr de los minutos y Rosario Central equiparó las cosas.
De todas maneras, durante el complemento generó muchas situaciones de gol, como en las primeras fechas que dirigió Méndez, pero sin efectividad, quizás hoy en día la mayor preocupación del técnico uruguayo. El equipo generó y buscó, pero por momentos se desconectó del partido y se mostró desorganizado.
Sufrió en defensa, quedó mal parado en algunos tramos del partido y lamentó la floja respuesta del Marcos Ledesma sobre el final. En un partido que de mínima era para empate, Gimnasia se quedó con las manos vacías y la gente se fue preocupada.
No fue el mejor partido del Lobo, pero corrió, metió y no mereció perder. Mostró síntomas de recuperación, pero no logró ser efectivo de cara al arco rival y no aprovechó las oportunidades que tuvo.
