Después de su primera victoria como entrenador de Gimnasia, Alejandro Orfila pasó por Cielosports Radio y habló del presente del equipo tripero. También rememoró su pasado y sus primeros pasos como DT, recordando una situación que le tocó vivir en Comunicaciones que involucró nada menos que a Estudiantes.
El episodio en cuestión tiene que ver con la salida de Nahuel Estévez del cartero con rumbo al Pincha, que se dio a mediados de 2017 en un momento sumamente inoportuno para los de Agronomía. Aquella temporada 2016/17 marcó literalmente la primera experiencia de Orfila como técnico, luego de su retiro como jugador.
Tras una buena campaña en la que finalizaron en el cuarto lugar, se ganaron el derecho a disputar el reducido por el segundo ascenso. El 4 de julio, un día antes de disputar los Cuartos de Final ante Barracas Central, la gran figura de ese equipo sorprendió a todos con un comunicado en el que se daba de baja.
En ese momento Nahuel Estévez informó que había hablado con el cuerpo técnico y con sus compañeros, admitiendo que tenía la cabeza puesta en su posible desembarco en Estudiantes, que en ese momento se encontraba negociando para comprar su ficha. Y por eso, iba a ausentarse de los partidos del reducido.
Comunicaciones finalmente eliminó a Barracas y luego superó a Estudiantes de Caseros en Semis, pero no pudo con Riestra en la Final, luego un recordado y polémico partido en el que una invasión de campo (con un jugador del plantel del Malevo incluido) obligó a suspender el encuentro y disputar, días más tarde, los cinco minutos finales.
Para Nahuel Estévez las negociaciones con Estudiantes se dilataron más de la cuenta, pero finalmente terminó firmando contrato el 4 de septiembre. Lo llamativo del caso fue que, ni bien llegó al Pincha, a los pocos días fue cedido a Sarmiento de Junín en la B Nacional, y recién debutaría en el club un año más tarde.
El recuerdo de Alejandro Orfila sobre aquella venta
“A mí lo de Nahuel me dejó un gran aprendizaje. En diez partidos creo que había hecho once goles y él tenía la posibilidad de que lo compre un equipo de Primera. Y ellos lo querían ya”, recordó Alejandro Orfila al rememorar aquella negociación, que se dio en el peor momento posible para su cuerpo técnico.
Más allá de esto rememoró cómo vivió aquella situación y contó: “Yo intercedí para que lo vendan, me puse del lado del futbolista, era mi primera experiencia como DT. Mi cabeza seguía siendo de futbolista. Lo vendieron y yo loco de la vida porque vendieron a un jugador que me tocaba conducir”.
“En realidad el técnico no se tiene que meter ahí, es una decisión institucional. Era un jugador determinante para nosotros, era un tiro en el pie que me pegaba. Y además era un terreno que a mí no me involucraba”, analizó Orfila, dejando en claro que con la experiencia que le dieron los años se hubiera manejado de otro modo.
Sobre esto último explicó su postura: “Era decisión de la institución si decidía venderlo o no. Vos no podés meterte en eso. Es como que venga el presidente del club y me diga ‘tiene que jugar tal jugador o tenés que formar el equipo así’. Si me preguntan en todo caso puedo dar mi opinión. Esa anécdota me quedó como una gran enseñanza para mi carrera como entrenador”.