Cuando los resultados llegan, la vida se ve de otra manera. Los dos triunfos consecutivos que logró Gimnasia ante Independiente y Godoy Cruz le dieron aire al equipo de Orfilia en la pelea por no descender, por lo que el entrenador decidió darle el fin de semana libre a su plantel para que puedan distraerse y relajarse antes de comenzar a preparar el durísimo partido que tienen, el domingo próximo, ante Lanús en 60 y 118.
Uno de los que aprovechó dicho beneficio fue Lucas Castro. El volante, que viene perdiendo terreno desde que Orfila asumió la conducción del equipo, se quedó en Mendoza e hizo algo de turismo vitivinícola, casi una obligación en tierras cuyanas.
El Pata visitó una de las bodegas más exclusivas, Catena Zapata, y recorrió cada uno de sus rincones, en donde se fotografió y luego compartió el contenido a través de redes sociales.
Sobre el cierre del finde semana el jugador regresó a nuestra ciudad para comenzar a trabajar con el plantel del Lobo, que este lunes volvió a los entrenamientos.
Castro y un semestre de mayor a menor
El Pata es uno de los viejos líderes que aún queda en el equipo. Sin De Blasis y Morales, hizo toda la pretemporada como titular, pero en la semana previa al partido ante Instituto perdió el puesto a manos de Alan Sosa, que ni si quiera fue convocado para el viaje a Mendoza.
Al volante le tocó entrar a cuenta gotas, pero no lo hizo nada mal en el rato que jugó ante Independiente. Sin la responsabilidad ni la continuidad del primer semestre, el futbolista aporta desde donde le toca mientras busca minutos en la parte final de su carrera, donde el disfrute asoma como una de sus prioridades.