La interna política en Morón se sacudió con el anuncio de la ruptura entre Martín Sabbatella, líder de Nuevo Encuentro (NE), y Lucas Ghi, actual intendente del distrito. La noticia fue oficializada por la diputada nacional y esposa de Sabbatella, Mónica Macha, quien difundió una carta cargada de emociones y críticas hacia Ghi, señalando que su decisión de distanciarse del partido marca un punto de quiebre en la conducción política del espacio.
La misiva, dirigida a los militantes de NE, refleja el malestar de Macha frente a lo que considera un acto de “deslealtad e ingratitud”. Según sus palabras, Ghi habría decidido apartarse de la estructura partidaria que lo impulsó a la intendencia en cuatro oportunidades, apoyándose en la figura de Sabbatella y en el trabajo colectivo de los militantes. “Jamás hubiera podido ser intendente si Martín y el partido no estaban ahí para formarlo y hacerlo conocido para Morón”, escribió Macha.
La distancia entre ambos dirigentes no es nueva, pero el conflicto escaló al punto de que Ghi optó por no garantizar la continuidad de NE al frente del gobierno local. Para Macha, esta decisión no solo es un gesto de ingratitud, sino también una traición a las convicciones que dieron origen al proyecto político que transformó a Morón en los últimos años. “Parece que para algunos pocos la deslealtad está a la orden del día”, señaló en su carta.
Macha también enumeró diferencias sobre las prioridades de gobierno y la gestión diaria, en especial el cuidado de los militantes que sostienen la estructura municipal. A pesar del dolor y la “angustia” que genera esta ruptura, hizo un llamado a la unidad y a mantener intactas las convicciones que identifican al espacio, destacando los logros alcanzados bajo la conducción de Sabbatella.
El peso de la ruptura y el futuro de NE
La fractura con Ghi plantea interrogantes sobre el futuro de Nuevo Encuentro en Morón, un territorio clave para el espacio político. La continuidad de su liderazgo en el distrito dependerá de la capacidad de Sabbatella y su equipo para reorganizarse en un contexto de tensiones internas y desafíos electorales.
Por su parte, Ghi aún no se ha expresado públicamente sobre las declaraciones de Macha. Su silencio deja en suspenso las razones detrás de su decisión y abre la puerta a especulaciones sobre su alineación política de cara al futuro. Mientras tanto, el divorcio político entre dos figuras que marcaron la última década en Morón confirma una crisis que trasciende los nombres propios y expone las dificultades de los proyectos colectivos en tiempos de disputas internas.