En un tweet que generó repercusiones en las redes sociales, un usuario compartió una imagen de “Volver al Futuro” con el Doc. Emmett Brown y Marty McFly, acompañada de un comentario humorístico sobre cómo la Argentina de Javier Milei parece estar regresando a los años 90.
La publicación reza: “Yuyito cul*** a un presidente de patillas. Tickets canasta. Costas en Racing. Qué tocaron?“.
Esta observación irónica es un guiño a las similitudes entre la Argentina de hoy y la de hace tres décadas, en el tiempo llamado de “Pizza con Champagne“, que muchos jóvenes desconocen.
FACTORES COMUNES ENTRE JAVIER MILEI Y MENEM
La referencia a Yuyito González y un “presidente de patillas” transporta inmediatamente a la era de Carlos Menem.
La actriz y vedette, conocida por su relación mediática con el expresidente y sus visitas a la Residencia de Olivos, parece estar reviviendo aquellos tiempos con el anuncio de su reaparición en el Teatro Colón junto a Javier Milei, también ahora con prominentes patillas.
La imagen de González y Milei juntos evoca inexorablemente recuerdos de la corrupción, los escándalos y la ostentación que caracterizaron los años de Menem en el poder.
TICKET CANASTA POLÉMICOS
Otro guiño más a los 90 es la mención de los “tickets canasta”. Este peculiar sistema de retribución salarial, introducido durante la presidencia del riojano, permitía a las empresas pagar parte del sueldo de sus empleados con cupones que solo podían ser utilizados para comprar alimentos.
Si bien la intención original era combatir la inflación y fomentar el consumo, los tickets canasta rápidamente se convirtieron en un símbolo de la economía precarizada de la época.
En 2007, el sistema se vio envuelto en un escándalo de sobornos cuando Héctor y Mariano Recalde denunciaron, con pruebas de cámara oculta, intentos de cohecho por parte de empresas que producían estos tickets para promover una ley que los beneficie.
ADEMÁS EL RACING DE GUSTAVO COSTAS
El tercer elemento del tweet hace referencia a Gustavo Costas, quien actualmente dirige al equipo de Racing Club de Avellaneda. Costas fue también director técnico del equipo en esos tiempos, y su retorno al club es visto por algunos como una señal de que se está viviendo una repetición de esa década tipo “en loop”.
La reaparición de figuras y prácticas del pasado (Cúneo Libarona, Rodolfo Barra, leyes laborales restrictivas), junto con las políticas neoliberales típicamente de derecha, similares a las de entonces, llevó a muchos a sentir que, como dice el tango: “La historia vuelve a repetirse”, y lo que es peor, tal vez aún más como farsa.
El humor del tweet radica en la convergencia de estos elementos aparentemente dispares pero históricamente cargados.
La imagen de “Volver al Futuro” utilizada en el mensaje encapsula perfectamente la sensación de estar atrapado en un ciclo temporal, donde las modas, los personajes y las políticas de los 90 están resurgiendo en pleno 2024.
Parece como si se estuvieran recreando los mismos escenarios una y otra vez, como si alguien hubiera apretado el botón de “reiniciar” en la máquina del tiempo, o como si se viviera en otro film, “El día de la marmota” (conocida aquí como “Hechizo de Tiempo“), repitiendo una y otra vez lo mismo.
El fenómeno del tweet no solo es sarcástico, sino también una crítica aguda a la falta de progreso real y sustancial.
Las patillas de Menem y Milei no son solo un capricho estético, sino un símbolo de un estilo de liderazgo populista y carismático que promete cambios radicales mientras, en verdad, recicla viejas políticas fracasadas.
Los tickets canasta representan un retorno a soluciones económicas temporales (parches) y superficiales, en lugar de abordar problemas estructurales de larga data.
Y la absolutamente casual presencia de figuras como Costas en el ámbito deportivo da la idea, en muchos sentidos, que la Argentina está estancada en el tiempo.
El tweet resultó ser una observación mordaz y divertida sobre la realidad actual, que parece estar reviviendo los 90 con un toque de nostalgia, y al mismo tiempo vergüenza ajena para quienes lo vivieron/sufrieron, además de mucha ironía e inventiva.
Mientras el país navega por una eterna crisis tumultuosa, no se puede evitar sentir que la película ya fue vista antes, solo que esta vez, se sumaron algunos protagonistas, aunque las tramas y los escenarios, y lo que es peor, el guión, es inquietantemente similar.