Luis Fernando Iribarren, conocido como el Carnicero de San Andrés de Giles, se escapó de una cárcel de la ciudad de La Plata donde cumplía condena perpetua por el quíntuple crimen de su familia.
Según informaron fuentes policiales a INFOCIELO el asesino tenía salidas transitorias para cursar Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, ubicada en 48 entre 6 y 7, y no regresó.
En tanto, según se pudo saber, el hombre estaba alojado en la Unidad 26 Penal de Lisandro Olmos y contaba con el aval de la Justicia para estudiar.
LOS CRÍMENES DEL CARNICERO DE SAN ANDRÉS DE GILES
Luis Fernando Iribarren (54), más conocido como “el carnicero de Giles” –como lo bautizó la prensa local–, sostuvo una mentira de la que nadie dudó entre 1986 y 1995: dijo que su familia había abandonado el país porque tenía muchas deudas. “Se fueron a vivir a Paraguay”, repetía cada vez que alguien le preguntaba sobre el destino incierto de su papá, Luis Juan Iribarren (49); su mamá, Marta Langevin (42), y sus hermanos, Marcelo (15) y María Cecilia (9).
El asesino enterró los cuerpos en una fosa a 40 metros de la casa en la que vivían, en el campo del paraje Tuyutí. Durante 9 años, hasta la muerte de su tía, convenció a todos sus vecinos que los cuatro habían huido a Paraguay al no poder saldar una deuda.
Corría el mes de agosto de 1995 y en esa casa vivía Alcira Iribarren, una mujer de 63 años a quien sus allegados habían dejado de ver de forma repentina. La sexagenaria tenía cáncer y nadie sospechó cuando su sobrino, Luis Fernando Iribarren, afirmó que había viajado para tratarse en la Ciudad de Buenos Aires y fallecido por la enfermedad.
Las cosas cambiaron cuando el joven, de por entonces 36 años, fue llevado a la comisaría y confesó que, en realidad, había matado a su tía de varios hachazos en la cabeza y, tras cavar una fosa, la había enterrado en el patio del hogar donde vivían. “Me jodía que sufriera, y la maté por piedad”, declaró por entonces. Ante la policía, cuando fue interrogado por el crimen de la mujer, Iribarren contó que años antes había liquidado a toda su familia. El homicidio múltiple había ocurrido una madrugada de fines de julio de 1986.
LA CONDENA
Un tribunal de Mercedes lo condenó a la única pena que había en expectativa: la reclusión perpetua. Iribarren quedó alojado en una cárcel del SPB, donde estaba a punto de cumplir 30 años hasta que ayer no regresó de su salida transitoria para ir a estudiar.
Eran las últimas materias que estaba cursando “El carnicero de San Andrés de Giles”, ya que había iniciado sus estudios en la Unidad N° 12 de Gorina. Allí, su conducta era buena, por lo que le permitió acceder –una vez cumplidos los 25 años de condena- a las salidas transitorias. Había ido a la facultad de Ciencias Sociales de La Plata para asistir a una clase de Derecho.
Iribarren es padre de mellizos, que tuvo fruto del matrimonio con su ex pareja, con quién convivió entre 1991 y 1993.